Abuelita angelina cumplió 103 y está más lúcida que muchos

Graciela Del Carmen Contreras Riquelme recientemente cumplió 103 años y aún recuerda las historias de sus nietos cuando eran niños. Todavía les cocina un arroz insuperable y levanta el ánimo cada vez que uno de los suyos está en problemas. Admirable.

Nació en Temuco, pero tuvo toda su familia en Los Ángeles, donde recibe en su casa a sus nietos tal como lo hizo siempre, regaloneándolos y alegrándolos con sus bromas y divertido lenguaje, expresaron dos de sus nietas.

A pesar de tener muy buena salud, hoy mismo será sometida a una operación de cálculos en el codéloco, en el Hospital de Los Ángeles. Es por ello que este medio de comunicación le desea a ella y toda su familia que todo resulte de la mejor manera para que siga dando ejemplo de optimismo y superación.

En un breve contacto que tuvo La Tribuna con la señora Graciela, se le informó que saldría su historia en el Diario, y envió muchos saludos para toda la gente que la leería, con mucha alegría, a pesar de estar esperando su operación en el hospital.

UN PASADO MARCADO POR LA TRAGEDIA

Graciela tuvo 18 hijos. Cuando la menor de ellos tenía dos años, su esposo los abandonó, por lo que tuvo que criar sola a todos sus hijos, en un esfuerzo que le arrebató muchos de ellos en su vida.

Para salir adelante trabajaba como lechera en el campo, comenzando sus labores todos los días a las seis de la mañana, teniendo que dejar a los hijos más grandes cuidando a los más pequeños.

Un día tras volver del trabajo, encontró a uno de sus hijos ahogado en el canal. También en otra oportunidad una de sus hijas murió calcinada por un incendio. Historias que fueron marcando la vida de esta mujer, quien no dejó de perseverar para cuidar y educar al resto de sus hijos.

Paulatinamente los hijos fueron desapareciendo de su vida, lo que terminó en las últimas de las tragedias. Una de sus hijas fue asesinada, dejando también a cinco de sus nietos bajo su cuidado, ante lo que nuevamente no titubeó.

En general fue una vida sufrida, donde tuvo que intercambiar la leche que trabajaba por otros insumos básicos como el trigo, alternativa que le sirvió para llevar adelante la vida de sus seres queridos. Hoy en día tiene cinco hijos vivos, y muchos nietos felices de tenerla.

EL BASTIÓN DE LA FAMILIA

Una de sus nietas es María José Guzmán Valdebenito, de 35 años, quien expresó a La Tribuna que “siempre conversamos con los tíos y entre los nietos que ella para nosotros es un ejemplo de vida, porque tiene una capacidad de resiliencia increíble, algo que cualquier persona hoy no tiene”.

“Uno puede llegar donde la abuelita con problemas o cansados, y ella siempre nos recibe con una sonrisa, dándonos además una palabra de consuelo para salir adelante”, comentó.

María José también contó que “nos decía las cosas realmente como eran, claramente, pero en una forma muy valorable para nosotros, lo que siempre nos hacía salir de los problemas”.

“Uno termina pensando que no es posible que un problema tan pequeño pueda afectarnos, tomando en consideración todas las cosas fuertes que ella tuvo que vivir, y aún así, sigue sonriendo”, contó orgullosa su nieta.

Además cuenta que lo que más les llama la atención es la excelente memoria que mantiene hasta el día de hoy, ya que se recuerda de todos sus nietos y de las cosas que ellos hacían cuando eran unos niños. “Siempre nos tejía”, dijo su nieta.

“Todo el tiempo nos ha atendido de manera muy regalona cada vez que la visitamos”, reveló María José, contando además que es capaz de hacer todas sus cosas normalmente, teniendo como único problema de salud una hipertensión. Igualmente su hija menor vive con ella para cuidarla.

ALEGRÍA Y AMOR A TODA PRUEBA

Sobre su sentido del humor, dijo que “tiene un vocabulario bien especial, ya que es muy ‘chucheta’, entonces siempre sale con sus cosas. Ahora mismo en el hospital la gente dice que ella llegó a alegrarles la vida a muchos.

“Me dicen que cómo se van a quejar por algo si la ven a ella tan bien, y asumiendo la operación que va a tener, que es una operación por cálculos en el codéloco”. Cuando ella tenía 92 años ya la habían operado de la vesícula. “Ella nos da mucha energía”, finalizó.

Otra de sus nietas es Fernanda Valdebenito Morales, quien contó que “ella siempre ha sido alegre con todos sus nietos. Los quiere a todos por igual. Si fuera por ella, ojalá estuvieran todos los nietos todos los días en su casa y cuando no la van a ver reclama porque los echa de menos”.

“Ella también cocina muy rico, la verdad es que hace un arroz exquisito y siempre ha sido muy buena para la talla, hasta ahora”, recalcó.

Asimismo, indicó que a pocas horas de su operación, se ha encontrado un poco triste y tal vez un poquito asustada, por lo que desde Diario La Tribuna le enviamos el mejor ánimo para que resulte todo bien y pueda pronto volver a su casa a hacer lo que más le gusta: regalonear a sus nietos.