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La Tribuna

Día Mundial del Corazón: 80 % de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares son prevenibles

por Nicolás M.

Expertos coinciden en la importancia de mantener hábitos saludables para evitar dañar a uno de los órganos más importantes del cuerpo humano.

globo, naturealeza, corazón / Pixabay

Este viernes se conmemoró un nuevo Día Mundial del Corazón, efeméride que busca realzar la importancia de este vital órgano, mediante la difusión de actividades de prevención de enfermedades cardiovasculares. Estas patologías en Chile, de acuerdo con el Ministerio de Salud, están dentro de las principales causas de muerte producto de factores de riesgo, como hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, sobrepeso, consumo excesivo de alcohol y sedentarismo.

El Dr. Javier Gárate, cardiólogo del Centro Avanzado Cardiovascular RedSalud, plantea que la clave está en saber limitar los factores de riesgo: "Para disminuir la prevalencia en nuestro país es importante mantener controlados los factores de riesgo modificables, es decir, todos los hábitos y prácticas nocivas para la salud del corazón, pero que se pueden cambiar con fuerza de voluntad y constancia".

Asimismo, el especialista sugiere que el solo hecho de reducir hábitos de riesgo, disminuye notoriamente la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares en el futuro.

PREVENIR ANTES QUE LAMENTAR

De acuerdo con el Dr. Gárate, incorporar la actividad física de forma habitual y rutinaria, es considerada "una estrategia altamente efectiva para prevenir enfermedades cardiovasculares". Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos entre 18 y 65 años realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada.

A lo anterior, el experto suma que "es clave tener una dieta equilibrada, variada y saludable. El consumo excesivo de alimentos ricos en sodio y azúcares contribuye al desarrollo de enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes, que están directamente relacionado con las patologías cardiacas. Hasta un 80 % de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares son prevenibles mediante modificaciones en estos dos aspectos".

CHÍA: UN SUPERALIMENTO

De la mano de lo anterior, recientemente, un grupo de científicos chilenos detalló los alcances de la semilla de chía en la prevención del desarrollo de patologías cardiovasculares. Un estudio de la tesis de Magister en Nutrición titulada "Efecto de la ingesta de harina de semilla de chía rica en fibra en la reversión de la esteatosis hepática y otras alteraciones metabólicas inducidas por una dieta alta en grasa", liderada por la Dra. Loreto Muñoz de la Universidad Central de Chile junto al Dr. Rodrigo Valenzuela de la Universidad de Chile.

Dentro de los resultados más destacados, plantea que la fibra de la chía tendría grandes aportes para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Un postulado fundamentado en que el consumo de esta semilla podría evitar que se produzcan algunos de los principales marcadores del Síndrome Metabólico, un grupo de trastornos que incluye el aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en la sangre, exceso de grasa corporal, entre otros, y que en su conjunto pueden ser precursores de importantes problemas de salud, como patologías ligadas al corazón.

REVELADORES RESULTADOS

Para entender el desarrollo de la investigación, la Dra. Muñoz planteó que: "Una dieta rica en grasas, como es de esperar, induce muchos problemas de salud, entre ellos el síndrome metabólico, que representa un alto riesgo cardiovascular. Aunque este riesgo está relacionado con múltiples factores, quisimos investigar el efecto de la fibra, especialmente la fibra de chía, en estos factores de riesgo. Para este propósito, tuvimos tres grupos de ratones: el primero, de control, con una dieta normal, y otros dos grupos con una alimentación alta en grasas. Al tercer grupo, además se les dio como suplemento harina de chía, una harina rica en fibra".

De esta forma, los investigadores dieron cuenta que, al incorporar harina de chía en la alimentación, su fibra no sólo atrapa colesterol y glucosa (azúcar), sino también los triglicéridos, impidiendo que éstos sean absorbidos, evitando que, a lo largo del tiempo, produzcan síndrome metabólico, hígado graso y enfermedades cardiovasculares.

Además, la dieta rica en harina de chía provocó un aumento de los niveles de Omega-3. "Es importante considerar que la harina de chía mantiene aproximadamente un 10 % de aceite, por lo que un 5 % a 6 % de esta harina corresponde a Omega-3. Esta pequeña cantidad de Omega-3, en conjunto con la fibra dietética, contribuye a prevenir la inflamación y oxidación de las células, a reducir el colesterol y, en términos generales, a mejorar la salud", complementaron.

Por último, es importante señalar que ningún alimento generará óptimos resultados si no se acompaña con un estilo de vida saludable, es decir, manteniendo hábitos como la actividad física de forma recurrente, y dejando de lado el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, y el tabaquismo.

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