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Altos de Pemehue: más de 18 mil hectáreas de hermosos parajes

por La Tribuna

Existe un servicio aledaño que ofrece cabalgatas dentro de la reserva. Ello, es impulsado por personas que viven en el sector, quienes hacen recorridos por el interior del recinto.

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Ubicada en las comunas de Quilaco y Mulchén, la Reserva Nacional Altos de Pemehue fue creada el 17 de agosto de 2009 y promulgada para su funcionamiento el 23 de noviembre de ese mismo año.

Inmersa en un sitio paradisiaco, el lugar nació como una compensación ambiental al momento de la construcción de la represa Ralco.

Fue así como se le entregó al Estado de Chile una cantidad de superficie para que creara una unidad de áreas silvestres protegida.

De acuerdo a información entregada por el jefe provincial de Biobío de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Rodrigo Cifuentes, esta reserva cuenta con una superficie de 18.875 hectáreas e incluye numerosos ecosistemas que se deben proteger.

Antiguamente, el lugar tenía un uso productivo. En la actualidad, al ser una reserva nacional la idea es resguardar los ecosistemas que quedaron ahí y que se han ido recuperando lentamente.

Altos de Pemehue se transformó en un sitio que ofrece una vista hermosa y privilegiada. El lugar posee una superficie de 4 mil hectáreas de araucarias; el resto de la vegetación corresponde, en su mayoría, a roble, raulí y coigüe.

Idealmente, es recomendable visitar esta reserva nacional desde mediados de diciembre hasta mediados de marzo.

Con la llegada del otoño y el invierno, no es aconsejable hacerlo porque existen esteros que suben su caudal e imposibilita el paso de los visitantes por lo que el acceso es restringido.

Esta reserva nacional cuenta con dos accesos. El primero de ellos, y principal, es por Quilaco; la entrada a la reserva se encuentra a unos 80 kilómetros de la comuna de Los Ángeles.

“Dentro de la accesibilidad interna, no tiene caminos diseñados para vehículos. Solamente permite el recorrido a caballo o a pie”, relató Cifuentes.

La segunda entrada es por Mulchén que es menos conocida y más dificultosa de acceder ya que será necesario cruzar a través de predios vecinales.

Por lo mismo, Cifuentes recomendó ingresar por Quilaco. Es por este sector donde la Conaf mantiene las instalaciones de la administración de la reserva.

El lugar posee dos lagunas: La Moñuda y Santa Rosa. En esta última se ubica a 11 kilómetros desde la entrada de la reserva, traduciéndose en horas de caminata. En ella, es posible acampar y recorrerla tranquilamente.

DIVERSIDAD DE ANIMALES

Además de la vegetación, la Reserva Nacional Altos de Pemehue busca proteger la fauna existente.

Ésta es bastante diversa ya que se puede encontrar especies como zorros y vizcachas, entre otras.

Los frondosos bosques que forman parte de esta reserva, otorga a los visitantes la posibilidad de disfrutar de una diversidad de aves como cóndores, gaviotas cordilleranas, patos y cortacorrientes.

RECORRIDOS

Dos guardaparques son los que trabajan en esta unidad. Son ellos los encargados de guiar a las personas durante su visita.

Es imprescindible que los turistas pasen a registrarse. En la entrada principal de la reserva recibirán todas las indicaciones para no correr riesgos durante el tiempo que visite este parque nacional.

No posee alojamiento, por lo que no hay comodidades donde pernoctar, puesto que no cuenta con servicios básicos; tampoco existen lugares donde adquirir comida. Desde ese punto de vista, el sitio resulta aún más atractivo.

“Cualquier actividad turística o recorrido de la unidad es en condiciones bastante simples y básicas por lo que hay que ir preparados”, expresó Cifuentes.

Desde la administración de la reserva es posible recorrer dos senderos: uno que va hacia el interior de la reserva, el que está bien demarcado y es posible recorrerlo sin problemas.

Hay que tener cuidado, eso sí, con no desviarse del sendero porque la superficie del terreno es bastante amplia y las personas se pueden extraviar.

El otro camino es por la vertiente norte de la reserva, que tiene un tramo de 6 kilómetros que se pueden recorrer a pie por la orilla del río Biobío y que colinda con la represa Pangue.

Esta reserva cuenta con diversos ambientes que la hacen única, no sólo en la provincia de Biobío. Un territorio de araucarias bastante extenso para recorrer, además de bosques de coigües bastante antiguos y de enormes dimensiones.

Toda esta sumatoria de atractivos hace que este sector sea único a nivel nacional ya que el lugar ofrece, además, una diversidad de animales dignos de admirar.

CUIDADOS

Para visitar esta zona, será necesario hacerlo con el equipo adecuado para permanecer en su interior.

Cualquier recorrido significa quedarse de un día para otro; por el día, solamente puede llegar a la entrada de la reserva.

Así, la primera recomendación que se les hace a los visitantes es dar cuenta de su llegada en la administración de la unidad para quedar registrados.

La idea es indicar, además, los recorridos que van a realizar y verlos con los guardaparques. Ello, a fin de ver los tiempos y andar con precisión al interior de la unidad y no correr riesgos.

Hay lugares debidamente establecidos para pernoctar y que están habilitados para hacer fuego y, así, poder calentar comida. No se puede hacer fuego en el resto de la unidad.

“Son sectores específicos porque si no corremos el riesgo de un incendio forestal dentro de la zona que, además, es de difícil acceso”, expresó Cifuentes.

Aparte del equipo personal de cuidado de los visitantes, será necesario ir con la ropa adecuada. Es una zona cordillerana por lo que las condiciones ambientales pueden variar abruptamente. Lo importante es que no lo pille desprevenido.

Además, existe un servicio aledaño que ofrece cabalgatas dentro de la reserva. Ello, es impulsado por personas que viven en el sector, quienes hacen recorridos por el interior del recinto.

MESA DE TRABAJO

Inserta en la comuna de Quilaco, el municipio determinó este lugar como un desarrollo turístico importante.

Por lo mismo, la Conaf está trabajando en conjunto con ellos a través de reuniones conocidas Consejo Consultivo de la Reserva Nacional Altos de Pemehue.

La iniciativa permite contar con el apoyo de otras instituciones públicas y de organizaciones comunitarias, como juntas de vecinos.

Así, la idea es ver de qué forma se enfrenta el desarrollo comunal con la unidad. Ello, como una forma de favorecer algunas iniciativas de turismo en el recorrido hacia el interior de la reserva y otros servicios aledaños a la unidad, como alojamiento y comida.

Fotografía gentileza de Conaf

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