Un informe entregado esta semana por la Comisión Asesora Presidencial para la actualización de la medición de la pobreza encendió las alertas a nivel nacional: si se aplicaran los nuevos criterios propuestos, la tasa de pobreza en Chile se elevaría desde un 6,5% a un impactante 22,3%.
En otras palabras, uno de cada cinco chilenos viviría con ingresos por debajo de la nueva línea calculada.
Pero lejos de tratarse de una "nueva crisis", lo que plantea la comisión liderada por el economista Osvaldo Larrañaga es una actualización metodológica que busca reflejar con mayor precisión las condiciones reales de vida en un país que ya no es el mismo que en 2013, cuando se implementó la última gran reforma en esta materia.
Entre los factores que justificarían este ajuste se encuentran el alza en el costo de la vida, el acceso desigual a los bienes y servicios básicos, el gasto real en materia de vivienda y la modificación de la canasta alimentaria por una más acorde a los estándares de nutrición actuales.
A juicio de los expertos, el criterio vigente —basado en una dieta de 2.000 calorías diarias y en el cálculo del "alquiler imputado"— ya no refleja adecuadamente la pobreza en un país de ingreso medio alto como Chile. Más aún, el informe advierte que el actual sistema "subestima la pobreza monetaria" y oculta la realidad de miles de familias que, aunque poseen ingresos, no alcanzan a cubrir una vida digna.
LA REALIDAD REGIONAL
En una región con las características del Biobío, donde la ruralidad, la alta concentración de adultos mayores y los rezagos históricos siguen siendo parte del paisaje cotidiano, la noticia cayó como un balde de agua fría, aunque también como una oportunidad para hacer frente a lo que muchas comunidades ya venían denunciando.
Una postura similar compartió la diputada Joanna Pérez (Demócratas), quien enfatizó que el caso del distrito 21 merece una atención especial.
OTRA FORMA DE OBSERVAR LA POBREZA
Desde la vereda oficialista, la diputada Clara Sagardía (Frente Amplio) llamó a interpretar la información con cautela y sin alarmismos.
"No es que la pobreza haya aumentado y que de 6% pasemos a 22%. Lo que pasa es que los índices de medición son distintos. Este nuevo método es más completo y, por eso, es bueno integrarlo de aquí en adelante. Presentar esto como un aumento en la pobreza puede ser engañoso y tener claros intereses de perjudicar al Gobierno", fue su evaluación.
Por su parte, el senador Gastón Saavedra (PS) defendió la necesidad de actualizar las mediciones para adecuarlas a las realidades del Chile actual, sobre todo, por sus múltiples dimensiones.
Cabe destacar que el informe de más de 130 páginas entregado al presidente Boric será revisado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia para determinar qué elementos se incorporarán en la Encuesta Casen 2024.
La decisión final podría marcar un antes y un después en la forma en que Chile enfrenta la desigualdad.
Porque como advirtió el economista Osvaldo Larrañaga, "cuando los países actualizan su pobreza, la valla se hace más exigente". Y Chile, hoy, parece estar listo —o al menos obligado— a enfrentar esa vara más alta.