La Cámara Chilena de la Construcción Los Ángeles observa con preocupación la propuesta de Ley de Presupuestos para 2026, que se discute en un contexto económico de crecimiento restringido y un déficit estructural proyectado que sigue desviándose de la meta. Si bien entendemos la necesidad de disciplina fiscal, el foco debe estar en contener el gasto corriente, no en sacrificar la inversión productiva, motor fundamental para el empleo y la formalidad, especialmente cuando la tasa de desempleo de nuestra región lidera a nivel nacional con 10,1% y la informalidad alcanza el 26,3% de la fuerza laboral.
El presupuesto de Infraestructura muestra una disminución global del 12,5%. La caída más alarmante se da en el Ministerio de Obras Públicas (MOP), con un recorte nominal del 17,2%, equivalente a cerca de US$700 millones. Esta reducción es transversal, afectando gravemente partidas clave como Obras Hidráulicas, que cae un 38,4%.
La justificación de esta baja se relaciona con la subejecución histórica, pero el alto porcentaje de proyectos de "arrastre" (llevando el MOP a un 95% en ciertas áreas) evidencia que el presupuesto es contractivo para nuevas iniciativas. Un recorte de esta magnitud pone en riesgo la inversión proyectada en construcción para 2026 (estimada por CChC en 4,3% de crecimiento) y amenaza directamente la actividad económica a nivel regional, donde solo dos regiones muestran avances.
En Vivienda, el Presupuesto crece un 8,2%, centrado en programas habitacionales. Sin embargo, la mayor parte de este aumento responde a la necesidad urgente de abordar los problemas de pago a constructoras y saldar deudas. El aumento en el Subtítulo 33, de transferencias, está destinado en gran medida a cubrir el arrastre de deudas y proyectos en ejecución, no a iniciar nuevas obras para acelerar la superación del déficit habitacional, que ya alcanza 1,1 millones de viviendas.
Además, existe un stock de cerca de 130.000 subsidios DS49 otorgados sin escriturar, de los cuales se estima que 42.000 aún no tienen proyecto asignado. El gremio urge a que los recursos se utilicen eficientemente, no solo para pagar compromisos pasados, sino para destrabar estos proyectos y movilizar la inversión para cumplir con las metas del plan de emergencia.
Si el país busca un crecimiento económico robusto, la construcción es un aliado importante. No podemos permitir que el gasto corriente siga creciendo (se estima un aumento de 3,3% para 2026) mientras se castiga la inversión en infraestructura vital. Llamamos a reevaluar urgentemente estos recortes y a enfocar el presupuesto en destrabar proyectos de vivienda y reactivar la inversión pública, asegurando que el presupuesto de 2026 sea un motor de desarrollo y no un freno a la actividad.
Claudio Moraga Godoy
Presidente de CChC Los Ángeles