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La Tribuna
Columnista

Una circunvalación en la Provincia de Biobío

Luis Garretón Munita

por Luis Garretón Munita

La característica histórica de la provincia de Biobío fue su origen fronterizo, la llamada Alta Frontera del Biobío, que, a partir de la antigua Isla de la Laja fue el escenario de encuentros entre hispanocriollos e indígenas, y luego chilenos. Esta sociedad de frontera comenzaría a constituirse en base a la presencia militar, terratenientes, campesinos, indígenas, colonos, y otras clases, quienes lidiaron entre sí y con la geografía, un territorio aislado entre ríos y ambas cordilleras. La presencia de los ríos de la cuenca del Biobío le ha dado la fisionomía a la provincia, determinando su conectividad física. La hidrografía, la falta de vías, el clima, la vegetación y los propios conflictos fronterizos, fueron factores que impidieron la libre circulación de sus habitantes. En la actualidad, con la construcción de puentes y carreteras, los problemas de conectividad vial, al menos en esta provincia son cosa del pasado, aunque aún quedan casos pendientes.

A 150 años de la creación de la Provincia de Biobío, hoy es posible recorrerla por sus comunas mediante una conexión que conforma una circunvalación. Se trata de una vuelta completa a la provincia iniciando el viaje en cualquiera de las comunas. Por ejemplo, si comenzamos en Cabrero desde Los Ángeles, podemos dirigirnos a Yumbel (O-630) y Rere (O-60), con destino San Rosendo y Laja (O-780), esto, por el secano interior de la cordillera de la Costa, donde están parte de las viñas del valle del Biobío, y donde debemos lamentar la falta de inversión en infraestructura vial.

Continuando con la franja vinícola del secano de tierras arcillosas, desde Laja nos podemos dirigir al sur por Santa Fe (O-34) y Coigüe con destino Nacimiento, para luego continuar al valle hacia Negrete bordeando el Biobío (Q-80). En la parte sur de la provincia, y por la misma ruta, de Negrete a Mulchén nos encontramos con un nuevo tramo pavimentado. Luego, de Mulchén al oriente, también por nueva ruta pavimentada (Q-75), nos podemos dirigir a Quilaco y Santa Bárbara, con la opción de extenderse hacia Alto Biobío. De Santa Bárbara a Quilleco, aunque a poca distancia la situación es de carencia, y se debe retornar al poniente para cruzar el río Duqueco en el sector de Llano Blanco (Q-65), o por caminos interiores. El tramo de Quilleco a Antuco se realiza por el cruce de Canteras, y desde ahí a los Andes (Q-45). Quizás, entre Antuco y Tucapel sea lo más interesante y desconocido, si bien es cierto, se podría regresar al cruce de Canteras, es posible cruzar el río Laja antes del sector de Abanico, y conectar con Polcura, Trupán y Huépil. Por último, y para cerrar esta circunvalación, al norte de la provincia se presenta la ruta que conecta Tucapel y Cabrero, por Cholguán y Charrúa (N-97-Q), colindante a la región de Ñuble.

De esta manera, Los Ángeles, en el corazón de esta circunvalación se enlaza directamente con todas las comunas, desde donde se observan y potencian los atractivos turísticos y maravillas naturales que ofrece la provincia, junto a los diversos rubros industriales de gran aporte al producto interno del país, es un patrimonio puesto a disposición para nuestro desarrollo integral y coherente, a partir de un origen en común que fue la antigua y aislada alta frontera del Biobío.

Luis Garretón Munita

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