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En materia de Seguridad Pública nadie sobra, mucho menos las autoridades y las instituciones. Por el contrario, son la primera línea en la lucha contra la delincuencia, desde sus distintas facultades y responsabilidades.
Acorde al Índice de Victimización 2021 de la Fundación Paz Ciudadana, la victimización creció durante el año pasado en comparación al anterior, así también la cantidad de hogares en los que al menos un integrante ha sido víctima de algún robo o intento de robo. Pero también este índice nos muestra un aumento, tanto en la cantidad de denuncias, como en la cantidad de personas que declara estar organizada con sus vecinos para abordar la situación... y ese es - en gran medida - el camino a seguir.
En la organización social recae la solución a problemas comunes. Y no es una tarea sencilla, pues requiere de un esfuerzo mancomunado y simbiótico entre el individuo, el colectivo, las autoridades y las instituciones, e incluso la empresa privada.
En este sentido, es importante generar campañas de creación de juntas de vigilancia rurales, comités de seguridad urbanos, campaña de educación frente a la importancia de denunciar, por parte de los Concejos de Seguridad de cada comuna, en conjunto con Carabineros de Chile y la PDI, quienes siempre están disponibles a través de sus unidades de vinculación con la comunidad.
La empresa privada también puede aportar a esta tarea, principalmente con implementos tecnológicos, a través de sus departamentos de Responsabilidad Social Empresarial, pues también son susceptibles a la delincuencia y muchas veces requieren de las instituciones de seguridad, con medidas cautelares que disponen de funcionarios, dejando con menos funcionarios disponibles a la comunidad.
Las autoridades deben, a su vez, proponer ideas y hacer llamados públicos en esta misma materia, incentivando la denuncia por parte de la ciudadanía y convocando a todas las demás instituciones y autoridades a abordar, de forma mancomunada - incluyendo obtención de recursos - la seguridad de toda la ciudadanía.
En cuanto a seguridad pública, las municipalidades y los alcaldes juegan un rol estratégico, abordable desde los planes de desarrollo comunitarios o comunales (PLADECO) abordando las zonas con indicadores delictuales altos, entregando mejoras estéticas y abordando con organizaciones territoriales, funcionales y ONG, las necesidades de cada sector, abordando a los niños y niñas en sus necesidades, antes de que caigan en las manos de la droga y el delito, mediante el fomento a programas recreativos que les permitan desarrollarse íntegramente. También la municipalidad debe abordar el entorno arquitectónico y estético de estos lugares, ya que, por regla general, la delincuencia es fecunda en los barrios abandonados por la institucionalidad y bien Juliani - ex alcalde de Nueva York - demostró que es posible combatir la delincuencia mejorando la estética de los barrios, demostrándole a la comunidad que si cuentan y que si queremos que avancen (Buscar en Google la Teoría de las ventanas rotas ).
El delegado Presidencial, es quién debe asumir la coordinación entre las municipalidades, las dirigencias comunitarias, las empresas privadas y el gobierno central, particularmente con el Ministerio del Interior para abordar la provincia bajo su responsabilidad.
El gobierno y el Congreso, deben avanzar prontamente en las reformas pendientes al sistema penitenciario, las policías, los códigos de justicia y en cuanto a oportunidades en la infancia.
Por último, en esta primera línea, también encontramos a los Presidentes y Presidentas de las Juntas de Vecinos, quienes deben presionar a las instituciones y entregar insumos informativos respecto a la situación de sus barrios en materia de seguridad.
Nadie sobra, todas y todos debemos entender que solo con trabajo mancomunado lograremos ganarle a la delincuencia.
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