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Columnista

El yugo es más insoportable mientras más liviano

René Luis Núñez Ávila Profesor de Derecho Procesal Universidad de Chile

por René Luis Núñez Ávila Profesor de Derecho Procesal Universidad de Chile

Hace un buen rato que Carlos Peña, abogado, rector e intelectual de izquierda, escribe libros para describir lo que, desde su punto de vista, está sucediendo en Chile. Siempre ha sido coherente y ahora señala a los medios que el único camino posible de la derecha es moverse hacia el centro.

Una derecha refugiada en el tipo de modernización que Chile ha experimentado, que es muy virtuosa, no puede seguir insistiendo en defender dichas bases sin atender a sus defectos.

La sociedad chilena hoy es más pluralista y está viviendo las patologías de la modernización. Ha sido majadero en decir que vivimos la paradoja del bienestar que observó Tocqueville, quien dijo: el yugo es más insoportable mientras más liviano.

Se debe atender a la clase media que ha vivido un cambio radical durante los últimos 30 años. Abandonar el centro es un error y es urgente conectar con lo que la gente piensa y siente. Los datos objetivos muestran las mejoras económicas y sociales en el país, pero aumentó demasiado la percepción de la desigualdad. Lo relevante no es tanto si ha bajado el coeficiente de Gini (como efectivamente lo ha hecho), sino si la desigualdad existente se experimenta de manera legítima o no.

El problema son las desigualdades inmerecidas. Mientras mayor bienestar y educación, mayor conciencia de desigualdades, y hoy en día sobran ejemplos de casos que enervan a los chilenos, como los abusos de poder de las grandes empresas, así como los engaños y robos masivos, especialmente de quienes tienen poder y privilegios.

Parece que vivimos en dos países y dependiendo del lugar en que estés en la sociedad, estás o no protegido si te enfermas o pierdes el trabajo, tendrás buena o no educación, vivirás en lugares espaciosos y seguros o no.

Existe un enorme desafío cultural. Bajó la pobreza 60% al 10%, existe una gran cobertura de educación superior, tenemos el mejor salario mínimo de todo Sudamérica, bienes de consumo al día, CyberDay muy exitoso con dantescas ventas por la liquidez existente, y hoy gran parte de la población está vacunada y recibiendo subsidios estatales. Esos US$50.000 millones retirados de las AFP son prueba de que está muy vivo el derecho de propiedad de las personas.

Falta pensar y resolver cuestiones irresueltas. Valorar lo hecho, corregir las desigualdades en salud, en educación y en general en temas sociales básicos como los barrios, el agua, el medioambiente y el respeto en todos los ámbitos. No quedarse enmudecidos y arrinconados, ya que un cambio de esta índole requiere el esfuerzo de todos.

Los chilenos tenemos opciones de vida diversas y hay que respetarlas. Los totalitarismos, de lado y lado, no son la solución. El Estado debe ser neutral porque gobierna esa pluralidad.

Nadie es mejor que otro, sino que debemos acostumbrarnos a la horizontalidad. Persuadir sin imponer y respetar a los grupos identitarios como ecologistas, pueblos originarios y, en general, todas las minorías (es más, hoy la derecha es minoría, electoralmente hablando).

Falta valorar todo el avance que hemos vivido desde la década del 80 hasta ahora. Los que vivimos los 80 lo sabemos: el Chile de hoy es muy, pero muy distinto al de esa época.

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