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Este año 2020 ha sido quizás unos de los años más complejos en cuanto al trabajo policial, ya que las demandas sociales de seguridad no son nuestra única prioridad como Carabineros, pues nos hemos adaptado con mayor fuerza al rol fiscalizador de medidas que antes eran inimaginables.
Los efectos de la pandemia no solo han sido devastadores en el mundo, sino que además nos vemos obligados a vivir nuestros días de una forma diferente. Situaciones tan cotidianas como reunirnos con nuestros seres queridos se han transformado, de un momento a otro, en una transgresión a la salud pública. Para todos ha sido complejo, triste y agobiante, pero el mundo está cambiando y las cosas deben funcionar de tal manera que la disciplina y educación sean el paso a un mejor futuro.
Nuestros Carabineros en eso también están siendo fundamentales, ya que además de fiscalizar el cumplimiento de medidas implementadas por la pandemia, se encargan a diario de educar a la ciudadanía y reiterar que estas nuevas normas son la única forma de proteger a los nuestros, por ahora.
Por otro lado, el trabajo policial no cesa, y nuestros Carabineros tienen un doble mérito al demostrar que su trabajo sigue siendo eficiente, reflejado en las cifras de disminución cercana al 26,6% en los delitos en lo que va de este año, esto es cerca de 10 mil casos delictuales menos.
En este contexto especial que estamos viviendo, mi responsabilidad como Jefe de la Octava Zona de Carabineros, es recordar a los habitantes de la Región del Bío Bío que su comportamiento actual, es clave para que tengamos un mejor futuro.
Los invito a reflexionar en este fin de año sobre el comportamiento personal y colectivo, volcando siempre nuestras prioridades en el bienestar de nuestras familias y amigos.
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