
La evidencia actual acerca de los beneficios de la lactancia materna es abrumadora. Así lo expresa la OPS al declarar que “la lactancia materna contribuye a un mundo más saludable, mejor educado, más equitativo y sostenible para el medio ambiente”.
La lactancia materna exclusiva le proporciona al niño protección contra enfermedades infectocontagiosas, alergias alimentarias, asma, dermatitis atópica, enfermedades cardiovasculares, leucemia, diabetes 1 y 2, enfermedad celiaca. Además, contribuye en su desarrollo neurológico, mejorando su coeficiente intelectual y disminuyendo el riesgo de desarrollar, déficit atencional, y alteraciones de conducta.
En cuanto a la madre, contribuye en la pérdida de peso, disminución del riesgo de presentar depresión, hemorragias post-parto, cáncer de ovario y de mama, así como también, enfermedades cardiovasculares, diabetes y osteoporosis. Asimismo, mejora la economía familiar, las relaciones entre sus miembros. Además, es ecológica y disminuye la morbilidad y mortalidad infantil.
Actualmente en nuestro país sólo el 57% de las mujeres amamanta a su hijo de forma exclusiva hasta el sexto mes (MINSAL). Esto se debe a múltiples factores que no sólo dependen de la madre y el recién nacido; también del entorno familiar, de las instituciones y personal sanitario, así como de aspectos culturales, sociales y políticos. Así lo establece la OMS al plantear que “prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud”.
En el contexto actual, la educación y apoyo se vuelven vitales, teniendo en cuenta que –hasta el momento- los científicos no han detectado la transmisión de Covid-19 activo a través de la lactancia materna, pero sí la presencia de anticuerpos contra el SARS-COV-2 en la leche de madres que presentan la enfermedad. En base a esto, la OMS mantiene su recomendación sobre la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. En caso de que la madre o el niño se hayan contagiado de Covid-19 debe continuar con la lactancia y sólo se debe aplicar las medidas básicas de lavado de manos, desinfección de superficies, uso de pañuelos desechables al toser y estornudar y si es posible utilización de mascarilla.
¡Apoyemos a la mujer que amamanta, la lactancia materna es vida!
(*) Docente Escuela de Enfermería Santo Tomás Los Ángeles
Miembro del Colegio de Enfermeras de Chile.
