Opinión

El juego al rescate de los niños

José Luis Montero Director colegio Beato Damián de Molokai

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Los niños chilenos menores de 6 años son los que tienen peor salud mental a nivel mundial. Al menos así lo dio a conocer el último estudio presentado por Mónica Kimelman, directora del departamento de psiquiatría y salud mental de la Universidad de Chile, y Felipe Lecannelier, doctor en psicología infantil.

El estudio indica que el 25% de los niños y niñas menores de 6 años en nuestro país presentan dificultades como déficit de atención, hiperactividad o agresividad, y entre un 12% a 16% presenta ansiedad y depresión. Muchos de estos trastornos tienen origen en los estilos de crianza y tipos de apego al interior de cada familia. Son datos alarmantes y que nos deben hacer reflexionar sobre qué tipo de niños y niñas estamos ayudando a crecer.

En este escenario, los tratamientos más usados para enfrentar estas dificultades son: fármacos, manejos con equipos multidisciplinarios y en menor medida, psicoterapias.

Sin embargo, hay que aclarar que el niño es un ser global. Entonces, ¿existe algún tratamiento que considere al niño o niña desde su globalidad?

 Para varios expertos, la única respuesta es el juego -libre y espontáneo. El cual, puede ser utilizado para abordar estas patologías, y la psicomotricidad, en su paradigma actual, se presenta como una gran alternativa.

El juego espontáneo es para el niño y niña su propia vida. En él entregan, a través del inconsciente, antecedentes riquísimos que los adultos debiéramos saber comprender para poder entregar una respuesta adecuada a esas manifestaciones. El juego espontáneo opera como un proceso que le da seguridad al niño ante sus angustias ya que atenúa las tensiones corporales y psíquicas. En la actualidad, el aumento de los problemas de salud mental infantil tiene una estrecha relación con el declive continuo y dramático del juego en libertad.

Como colegio, nos hemos hecho cargo de estos datos alarmantes y nos hemos preocupado de otorgar espacios seguros que faciliten el juego. Tenemos la única sala de psicomotricidad de la provincia del Biobío, con dos psicomotricistas con formación nacional e internacional. Ellos usan su cuerpo como herramienta de intervención para trabajar con el otro y través del juego obtienen información sobre la vida psíquica del niño y niña.

En el marco del juego espontáneo, los niños y niñas se expresan libremente desarrollan su motricidad y autonomía, comparten, aprenden habilidades blandas muy simples como por favor, respetar sus turnos, escuchar al otro, dar las gracias, etc.

El juego seguro y dirigido es un recurso alternativo del aprendizaje. A veces apostar por modalidades pedagógicas más innovadoras da frutos. Especialmente cuando vemos que el nivel de concentración aumenta y la energía vuelve a los ojos de esos niños y niñas del colegio Beato Damián de Molokai que hoy son más felices y se sienten más seguros.

De hecho, la experiencia de nuestro colegio será expuesta en el Congreso Latinoamericano de Educación Alternativa, CEA en enero 2020.

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