Cuando nos encontramos ya en la segunda semana de septiembre, es difícil abstraerse de la próxima conmemoración de Fiestas Patrias, especialmente, cuando serán más de 5 días de celebraciones.

Me atrevo a decir que en las catorce comunas de nuestra provincia comienza a sentirse ese ambiente predieciochero, donde vemos a los estudiantes vestidos con trajes folclóricos, y nuestro baile nacional comienza a escucharse con más frecuencia en las radios.

Por ello, resulta difícil no comentar sobre las Fiestas Patrias, especialmente, cuando son una de las celebraciones más esperadas por todos los chilenos.

Es que esta fecha más allá de recordarnos nuestras tradiciones, es la mejor excusa para reunirnos en familia, o disfrutar con aquellos amigos que no vemos a menudo.

Aprovechamos de compartir con ellos grandes momentos de alegría y distracción, que nos recuerdan que el 18 de Septiembre es una de las temporadas más lindas del año.

Pero todo este ambiente positivo puede cambiar drásticamente, si nos desbordamos en una celebración frenética y con excesos.

Es por ello que es necesario recordar, de vez en cuando, algunas recomendaciones, que pueden asegurarnos unas felices celebraciones de Fiestas Patrias.

Una de ellas es tener cuidado en la compra de alimentos, adquiriéndolos en el comercio establecido y nunca interrumpiendo su cadena de frío. 

Su ingesta -también- debe hacerse sin excesos, recordando que tendremos varios días de celebración, donde probaremos mucho más que un bocado.

Si nos medimos en la comida, mucho mayor debe ser el cuidado en la ingesta de alcohol, sobre todo si manejamos automóviles.

No olvidar que la legislación está mucho más rigurosa, por lo tanto un vaso de más, puede ser la diferencia entre una jornada agradable o una multa por manejar bajo la influencia del alcohol.

Incluso en estas fechas debemos extremar la precaución, sobre todo porque la mayoría de los chilenos está en un ambiente de celebración, por lo tanto podemos encontrarnos con un peatón distraído, o un conductor que maneja sin sus cinco sentidos.

Pero más allá de estas recomendaciones, quiero también sugerir algunas reflexiones, que van más por recobrar el real sentido de la Fiestas Patrias.

Una de ellas es enseñarles a nuestros hijos el verdadero motivo de la celebración, que es recordar la primera Junta Nacional de Gobierno, donde por primera vez decidimos tomar las riendas de nuestro futuro.

Comentarles que no siempre fuimos libres de decidir y expresar nuestra opinión, por lo tanto fue un derecho que se ganó a punta de sacrificios, donde grandes héroes y anónimos ciudadanos dieron su vida por las nuevas generaciones.

Con esto no quiero hacer una apología a un nacionalismo absurdo, sólo recuperar el respeto a nuestros antepasados, y hacernos cargo que somos un eslabón más en nuestra historia.

Por ello, la invitación es a rescatar el gran valor de ser un pueblo independiente, donde somos libres de actuar, y decidir nuestro futuro.