Opinión

El valor de la solidaridad en la salud pública

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Ante una nueva conmemoración del Día Internacional de la Solidaridad, queremos contarles una historia que tiene mucho de esta importante empatía y apoyo al dolor y las causas de otros.

En 1974, Fred Hill, un antiguo jugador de fútbol americano debió enfrentar un duro tratamiento para la leucemia que le habían diagnosticada a su hija. Y se vio, de la noche a la mañana, durmiendo en hospitales.

Y vio que no estaba solo. Que eran muchos los padres que sufrían la misma situación e incluso algunos debían recorrer largas distancias para llevar a sus hijos al hospital. En varios casos dejando todo al partir, sin contar con dinero, alojamiento o un lugar estable donde comer.

Fred solidarizó con estas familias y quiso buscar soluciones. Golpeó muchas puertas hasta  que una empresa se motivó a ayudarlo, dando origen a Ronald McDonald House Charities, fundación que en todo el mundo - y hace 20 años en Chile- se encarga de crear salas dentro de hospitales públicos para dar espacios dignos y mantener a las familias unidas cuando éstas deben trasladarse desde sus ciudades para tratar la patología de una hija o hijo lejos del hogar.

Esta necesidad de solidaridad cobra especial relevancia y se ve acentuada en un país como el nuestro, donde la escasez de atención médica especializada en regiones -especialmente en las más extremas- obliga a muchas familias a viajar lejos del hogar hasta Santiago, u otras grandes ciudades, para buscar el tratamiento necesario para recuperación de sus hijos.

El déficit de especialistas en regiones afecta a 8 de cada 10 chilenos, especialmente en regiones como Chiloé, Aysén, Arica, Coquimbo o Atacama. Creemos que frente a este escenario, nuestro trabajo y el de muchas instituciones y personas, pueden ser un alivio para muchas familias. Sólo gracias a la solidaridad, al igual que Fred Hill.

En la medida en que todos nos ayudemos y trabajemos por el bienestar común, podremos vivir un mundo mucho más humano. Un mundo mejor.

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