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Este mes se está
cumpliendo un año desde el primer discurso presidencial de Sebastián Piñera en
su segundo mandato. En él, entre otros temas, habló de la niñez y acuñó la
recordada frase e idea del gobierno de poner a los niños primeros en la fila .
Doce meses después,
el compromiso del Mandatario parece estar a prueba. Durante su gestión se
instauró finalmente la figura de la Defensoría de la Niñez, que fue vislumbrada
por el gobierno de Michelle Bachelet pero acogida igualmente por Piñera.
Además, el Mandatario optó por reformar el Sename y partió por el cierre del
emblemático Cread de Playa Ancha, en Valparaíso, una verdadera cárcel para
menores de edad. Si bien el cierre de ese centro fue solicitado por Unicef tras
una evaluación, el Presidente recogió el guante y comenzó una reforma del
servicio. En su gobierno también se creó la Subsecretaría de la Niñez, entidad
que creó asimismo el Consejo de la Sociedad Civil de la Niñez al alero del Ministerio
de Desarrollo Social y Familia.
Hoy, los docentes,
las parvularias y las manipuladoras de alimentos se encuentran en paro
nacional. La movilización de los profesores, de hecho, se extiende ya por más
de dos semanas y está comenzando a causar problemas estructurales. Por ejemplo,
en la Dirección de Administración de la Educación Municipal, DAEM, ya advirtió
que no tendrá recursos de para pagar su planilla si no recibe la subvención
asociada a la asistencia de los alumnos a clases. Y no lo reconoció en un medio
de comunicación, buscando quizás presionar al gremio, sino en la privacidad del
Concejo Municipal.
Hoy el Presidente
tiene la oportunidad de refrendar el compromiso que adquirió con los niños y
los jóvenes y colaborar para que las movilizaciones de los gremios de la
educación finalicen de la mejor manera, pensando en que son ellos y ellas los
beneficiarios finales de las mejoras en las políticas de educación.
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