En el siglo XVI, nuestra localidad era

bautizada como Isla de la Laja , mucho más tarde, en el siglo  XVIII, don José Manso de Velasco , fundaba la

Villa Los Ángeles, el 20 de marzo de 1739, en la tierra de los hombres de las

arenas. Entonces la  fundación de las

villas hacia el sur iba acompañada con el avance de la empresa invasiva y

conquistadora de los españoles, como asimismo el cordón de fuertes, que se hace

mucho más notorio en las márgenes del río Bío Bío, empezando en Penco, Santa

Juana, Nacimiento, San Carlos Purén, Santa Bárbara, Ballenar en Antuco y al

final Tucapel.  En 1828, el naturalista

Eduardo Poeppig, que recorre la zona, describe las bondades de nuestro

territorio, con sus notables bosques, pasturas y caudalosos ríos; cuando Los

Ángeles no tenía más  de 150 casas de

barro (adobe) y un  fuerte donde

habitaban 700 milicianos.  Así va

emergiendo a la vida, nuestra ciudad,  

en torno a la magnificencia de los campos circundantes, que iniciaban el

incipiente cultivo de trigo y otros cereales, como también la ganadería, todo

esto en el marco de la Hacienda y  del

inquilinaje que empezaba a  poblar

nuestro territorio comunal y provincial.

Por las calles de barro y seguramente por

algún lado de la cuadrícula original, (actual plaza de armas)  bajo la cual se diseñó la ciudad, cruzó don

Bernardo Ou2019Higgins, en su magnífico caballo, seguido de su tropilla, rumbo a la

cordillera,   para hacerse cargo de su

herencia La  hacienda de las Cantera,

transformándose en uno de los ciudadanos más importantes de Bío Bío y que con

el andar del tiempo fuera su primer representante en el Parlamento de la

naciente República. Por estas mismas calles también cruzaron hacia el norte

nuestros bravos combatientes para defender la patria en la guerra

Perú-Boliviana.  En 1869 se fundaba el

Liceo Superior de Hombres, uno de los 10 liceos públicos más antiguos del país,

constituyéndose en una clara señal de que la provincia y la comuna de Los

Ángeles iniciaban su desarrollo, y por ello mismo,  la necesidad de educar a su población. Los

ciudadanos  angelinos se organizan,

surgen las instituciones de todo tipo, como la sociedad de Canalistas del Laja,

contribuyendo a mejorar la productividad de los campos. El ferrocarril hace su

arribo a la ciudad, y desde la capital se movilizan distinguidos ciudadanos y

hacendados; pues algunos recuerdan a don Mariano Puga (padre de nuestro querido

cura) en nuestra desaparecida estación, para continuar viaje, vía riel,  rumbo a Santa Bárbara, en su carricoche,

y  desde ahí en su carruaje para llegar a

su hacienda de Los Junquillos, donde se producía trigo y ganado en abundancia,

razón por la cual el ferrocarril se extendió hasta esa comuna cordillerana.

La historia ha transitado junto a nosotros y

también la hemos ido construyendo, para desarrollar y fortalecer la patria de

todos  y nuestra querida comuna, que hoy

se alza como una de las más progresistas del sur de Chile. La nueva historia

del siglo XXI también nos desafía a traspasar sus umbrales, a seguir adelante,

con más y mejor educación, con más trabajo, con angelinos proactivos y

creativos que seamos capaces de hacer de nuestro territorio comunal el mejor

espacio para vivir y soñar.

Mario

Morales Burgos

Director

Comunal de Educación (R)