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La educación siempre ha sido concebida como el principal vehículo de promoción social, como la herramienta que permite al ciudadano alcanzar mejores niveles de desarrollo y, por cierto, de empleabilidad, razón por la cual los pueblos se empeñan en que ésta sea un derecho al alcance de todos, derecho que en nuestro caso está bastante lejos de consagrarse. No obstante, desde nuestra comuna de Los Ángeles, la Educación Municipal mantiene una alta cobertura, tanto en lo urbano como en lo rural, como también una gran oferta en la modalidad Técnico Profesional a través de sus cuatro Liceos Técnicos, promoviendo la existencia de un número muy importante de especialidades.
La empleabilidad temprana de nuestros jóvenes estudiantes proviene de la Educación Técnico profesional, eso sí en un escenario bastante restrictivo de ofertas de trabajo, ya que nuestro modelo de desarrollo no impulsa la innovación y por ello nos vamos quedando en la viejas prácticas productivas, sin generar un cambio de paradigma que vaya de la mano de la investigación y del desarrollo de nuevas tecnologías, cuestión que no ha permitido otorgarle un mayor dinamismo al aparato productivo.
Los países desarrollados desde hace rato vienen preparándose para enfrentar el nuevo desarrollo tecnológico (cuarta revolución industrial determinada por la inteligencia artificial). Algunos especialistas sostienen que en estos países desparecerán más de 800 millones de empleos, los que serán desplazados por la automatización de la mayoría de los procesos productivos. Para revertir este abismante panorama, estos países se encuentran alineando sus modelos educativos hacia modelos donde se promueve el aprendizaje continuo, focalizándose en el desarrollo de nuevos conocimientos y habilidades que permitan operar, mantener y modificar las nuevas tecnologías, que darán vida a la automatización y digitalización plena.
En nuestro medio estos cambios también se harán sentir, pues al 2030 también tendremos un altísimo porcentaje de empleos desplazados por la automatización, para lo cual necesitamos ajustar nuestro modelo educativo y en particular nuestra modalidad Técnico Profesional, promoviendo una nueva oferta educativa, que vaya más allá de la actual propuesta de 15 sectores económicos, 35 especialidades y 17 menciones, donde la mayoría de ellas representan los viejos procesos productivos.
Educación y empleabilidad son dos procesos inseparables, que si se logran alinear adecuadamente constituirán el factor que marque la diferencia para competir y sobrevivir en este mundo sin fronteras, en esta especie de sociedad universal marcada por la desigualdad, donde gran parte de los socios siguen siendo proveedores de materia prima y unos cuantos los que cambian el mundo con la incorporación de la tecnología, sin embargo, como país tenemos todas las condiciones para avanzar hacia el anhelado desarrollo, privilegiando invertir en ciencia, investigación e innovación componentes absolutamente necesarios para generar tecnología, que permita optimizar los proceso productivos y asegurar, en este escenario, la empleabilidad de nuestros jóvenes, en este mundo tan ancho y tan ajeno pesar de la inter conectividad y la tecnología.
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