Las escuelas consolidadas fueron establecimientos educacionales que dieron cobertura de continuación de estudios a miles de niños y jóvenes del país y que por diversas razones no tenían acceso a la enseñanza media tradicional o liceos en todas sus modalidades y fue así como se crearon estas escuelas en vastos sectores poblacionales incorporando a sus aulas a jóvenes que deseaban estudiar humanidades, educación técnico profesional o contabilidad con sus especialidades afines.
Eran colegios que tenían la misma categoría de los liceos tradicionales y en ellos podían ejercer docencia los profesores normalistas con especializaciones inherentes al sistema imperante en el colegio y egresados del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile u otras universidades formadoras de profesores de Estado como se les llamaba en ese entonces a los titulados en estos centros de estudios superiores.
Además de concentrar a una gran población escolar provenientes de sectores modestos, hijos de trabajadores y empleados fueron ganando prestigio en sus comunidades y cada año se hacía necesario aumentar la infraestructura para satisfacer la demanda existente dada la excelente calidad educacional entregada a sus alumnos y la eficiencia demostrada en el campo laboral de sus egresados y así teníamos cualquier cantidad de niños que a su corta edad ingresaban a los cursos de educación pre básica y egresaban después de 13 años de estudio en el mismo colegio para ingresar a las universidades y otros centros de formación o simplemente en forma directa a la vida del trabajo con excelentes resultados en su productividad.
Muchos alumnos pasaron gran parte de sus vidas en la misma escuela llegando a ser los profesores sus segundos padres y la escuela constituía muchas veces su nuevo hogar.
Un establecimiento tan complejo necesitaba diversificar su personal y los profesores que atendían los cursos básicos tenían perfeccionamiento constante y un equipo técnico que los ayudaba en la parte pedagógica evaluando constantemente sus rendimientos académicos a través de pruebas estandarizadas que luego eran revisadas en conjunto por todos los profesores de los grados respectivos y se planificaba nuevamente la etapa siguiente lo cual permitía un avance sistemático en forma paralela con los cursos o grados afines.
En estas condiciones, el quehacer educacional se convertía en una verdadera clínica pedagógica donde se experimentaban nuevas técnicas y formas de trabajo para superar los objetivos propuestos por el Ministerio de Educación y se reformulaban aquellos que presentaban dificultades.
Las escuelas consolidadas fueron un respiro positivo en el proceso educativo chileno y un experimento desde todo punto de vista alentador en la búsqueda de la calidad de la educación y con la municipalización de las escuelas públicas desaparecieron del sistema y se rompió definitivamente el ambicioso proyecto pedagógico que estaba dando excelentes resultados en todo el país y hoy después de muchos años nos hemos dado cuenta que definitivamente la educación está en crisis y los propios alumnos están reclamando de su baja calidad académica y formativa situación que no avizora buenos tiempos porque las confianzas están rotas y todos sabemos que los cambios de estructuras que se hagan en educación, los frutos se verán a largo plazo y para ello deberán pasar muchas generaciones para poder evaluar los cambios que se hagan y en este camino de la experimentación y evaluación permanente se irá haciendo el proceso de transformaciones que sean necesarias en el ámbito educacional chileno y recién veremos sus resultados.