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Septiembre es un mes especial en el largo camino de reconocimiento de los derechos de las mujeres en nuestro país, ya que este 4 de septiembre se cumplieron 66 años desde la primera vez que las mujeres votamos en una elección presidencial; corría el año 1952 y fue electo Carlos Ibáñez de Campo. Y 18 años antes, en 1934, se nos permitió participar en las elecciones municipales.
En las últimas elecciones parlamentarias entró en vigencia de la Ley de Cuotas, con lo cual aumentamos en 7 puntos porcentuales la representación política de las mujeres. Avance significativo en el fortalecimiento de la participación femenina en el Congreso, esta normativa indica que ninguno de los sexos de los postulantes puede superar el 60% las candidaturas presentadas por un partido político. De la misma forma, esta última elección parlamentaria dejó otra sorpresa, contrario a lo que muchos pensaban, ellas no fueron "arrastradas" por los candidatos hombres, ya que el 80% de las Diputadas obtuvieron en promedio 22.370 votos, mientras que los varones solo lograron en promedio 20.276 votos.
Ahora, dejando de lado la participación política y mirando las cifras de participación de las mujeres en las organizaciones sociales territoriales claramente estas cuentan con una alta participación femenina, la cual llega a 60.6%; no se quedan atrás en los clubes de adultos mayores los que son compuestos en un 79% por mujeres, así como un 75% de los integrantes de los Centros de Padre. Pero esta masiva participación se revierte al momento de asumir cargos directivos, un ejemplo rápido es mirar que en nuestra región solo tenemos 1 alcaldesa de un total de 33 comunas. En la academia, solo la Universidad de Aysén es liderada por una mujer, mientras que las 26 restantes por Rectores; mismo fenómeno se reitera con los Decanos, donde la proporción es 155 varones contra 36 decanas.
Las cifras nos muestran que estamos caminando hacia un nuevo Chile, donde como sociedad incorporamos la equidad de género en los distintos ámbitos de desarrollo, potenciando la participación política real de mujeres y hombres.
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