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La Tribuna
Columnista

Los devaneos de Mauricio Rojas

Leslia Jorquera

Mario Ríos Santander

por Leslia Jorquera

Terminado el Régimen Militar, el 11 de marzo de 1990, se trasladó al interior de Chile, todo el presupuesto publicitario internacional, dispuesto para destruir a dicho Gobierno. A ello se sumaron miles de millones de pesos para financiar obras teatrales, decenas de películas, pinturas, libros, corporaciones, museos, otros, todos, destinados a destruir a la imagen militar que, al decir de Foxley, primer ministro de Hacienda de la Concertación, “debemos reconocer que las finanzas las recibimos ordenadas, con fondos de reservas en el Banco Central bastante elevadas y sin deudas”. Por ello, el adversario, no se atrevió lanzar toda su artillería al Gobierno Militar. Iba a ser mal visto decir “dictadura militar”. Además de que era incómodo pelear con instituciones muy queridas, no se identificaban personas. Entonces, surgió como único responsable de todo Pinochet y a partir de ese momento, el trato hacia él fue de “dictador” y por extensión, “el periodo de la dictadura”.

Y así estamos cumpliendo 45 años, (dos generaciones), de ataque permanente. Y no se cansan. Entremedio, comienzan a perder fuerza política, surgiendo jóvenes que, indiferentes a un pasado para ellos lejanos, se despreocupan de tal cuestión y, más complicado aún, comienzan a interesarse porque le han hablado sólo de Pinochet y nada de todo el Régimen Militar y civil, incluyendo los “responsables pasivos” que algún día proclamó Piñera y que al parecer es bastante más interesante que la audición de una monserga odiosa, vacía de contenido, panfletaria y superficial, repetida mil veces en cuanto espacio puede existir, especialmente en el área artística.  Ya esa área artística llegó un señor llamado Mauricio Rojas. Su primera opinión sobre materias propias de su cartera, la Comisión de Educación y Cultura del Senado, presidida por una señora, (o señorita, vaya uno a saber), de nombre Yasna Provoste, declara, que “al señor Mauricio Rojas, se le retira la invitación a esta Comisión hasta que no se retracte de sus opiniones sobre el Museo de la Memoria”. Mauricio Rojas, señaló que “no puedo retractarme de lo que dije porque incluso he escrito dos libros sobre tales materias”.  Me temo, leyendo a Rojas, que los que van a perder en este desencuentro, será doña Yasna y sus secuaces, lo mismo le ocurrirá a “Cátedras de la U. de Chile”, que anuncian penas del infierno a Mauricio Rojas. ¿Y por qué tanto odio?. Es que acaso no es posible, bajo la lupa izquierdista, que pierde todos los gobiernos del mundo y sus acólitos pensar distinto?. ¿Es que está naciendo la verdadera dictadura?. Algunos sostuvieron que era solo problema de J. A. Kast y nada más, pero están observando que es contra toda la sociedad.

Pero Mauricio Rojas, tiene cuero duro y el Gobierno no lo dará de baja. Se picaron todos. La diferencia entre unos y otros está en que Rojas contará con más de los dos tercios de chilenos, que en estas materias, son duros. No permitir opiniones diferentes a quienes profitaron de los DDHH, es simplemente intolerables. La libertad no existe. Se me viene a la mente a imagen de Corea del Norte. Caminando por sus vacías calles, sólo vi rostros esclavos, sin sonrisa alguna. Ellos no podían ni pueden  tener opinión. Son los mismos que en Chile, odiosamente, quieren acallar a todos los que piensen distintos. Eso no lo vamos aceptar.

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