Opinión

Kinesiólogo en la educación especial

Ángelo Meza Carrasco, kinesiólogo, Colegio Aliwén, Los Ángeles.

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Debemos enfatizar, estimular a los niños a través de hablar, movimiento e enseñanza, es la clave para su formación y desarrollo, hacer conciencia de que todo proceso debe tener una estructura para poder seguirla, mientras más claras sean las orientaciones o trabajos para los niños, se obtienen mejores resultados.

Cuando nos referimos a educación especial, hablamos de los cambios que podemos realizar frente a una persona que presenta una dificultad, para aprender, movilizarse, ser independiente, entre otras, teniendo en cuenta que cada uno es diferente, por lo que el método y sistema de aprendizaje puede variar. Encontramos una gran diversidad personas, que por la condición que presentan, deben tener o adquirir una atención diferenciada, guiada e inclusiva, entregándoles las herramientas necesarias, para que se desempeñe de la mejor manera posible. Hablamos de niños que nacen con alguna condición de base, que no son limitantes para la adquisición de su desarrollo, sino más bien, nos entregan una forma diferente de enfrentarnos y de poder establecer las conexiones con su entorno. Gran parte de los procesos, están definidos por los profesores diferenciales, que le entregan los conceptos de aprendizaje y desarrollo, pero deben ser apoyados por fonoaudiólogos los que les ayudan a establecer la conexión con el lenguaje, para que puedan entender y comunicarse, por lo que el equipo que trabaja dentro de la educación especial comienza a crecer, a medida que se requiere más herramientas para los niños y alumnos. El kinesiólogo entrega su mirada desde el punto de vista psicomotor, buscando el desarrollo a través de la actividad física, asociando todo el proceso cognitivo, ayudando a su vez, a poder reforzar el trabajo de los demás profesiones, formando una retroalimentación en conjunto, validando la inclusión del niño a que continúe posteriormente a la educación regular. Los procesos del desarrollo psicomotor, se establecen con la formación de trabajos guiados, buscando estímulos vestibulares, equilibrio, asociación de órdenes, orientación, disociación óculo manual, entre otras. Cuando se logra el trabajo, se abren nuevas conexiones, que nos favorecen a la adquirir nuevos conocimientos, los cuales, son propicios para que se logre un avance significativo. Siempre se debe buscar una estructura bien delimitada, para que los niños logren establecer un aprendizaje. Llevándolo también a su ámbito del hogar, siguiendo con el mismo trabajo que se realiza en la escuela, así el refuerzo se transforma en un trabajo continuo, llevando a que sea una parte importante dentro del trabajo complementario. Debemos enfatizar, estimular a los niños a través de hablar, movimiento e enseñanza, es la clave para su formación y desarrollo, hacer conciencia de que todo proceso debe tener una estructura para poder seguirla, mientras más claras sean las orientaciones o trabajos para los niños, se obtienen mejores resultados, se puede trabajar con cosas simples, importa ser prácticos y concisos.

Ángelo Meza Carrasco,  kinesiólogo, Colegio Aliwén, Los Ángeles.

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