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Columnista

Sobre la realidad N° 1-1 (parte II)

Leslia Jorquera

Osvaldo Cáceres Órdenes.

por Leslia Jorquera

Con la llegada del Movimiento Moderno a Chile a partir de la década del 30 llegaron las ideas de Le Corbusier y el CIAM que planteaban la organización de las ciudades en Unidades Vecinales, pero preocupándose por primera vez por la estructura a Gastón Bardet que basa sus escalones, (echelones) en la convivencia que se da en los barrios, en la vida de las familias enriqueciendo más la vida de las ciudades, a partir de esa actitud psicológica y sociológica de los habitantes. Entonces ya las ciudades deben organizarse como federaciones de Unidades Vecinales o Juntas de Vecinos como se quiso hacer en Chile la década del 60, pero no se pudo hacer por oposición en el Congreso de la Derecha y la Izquierda unidas, como dijo el antipoeta Nicanor Parra irónicamente.

Se realizaron esos años dos Planos Reguladores aprobados por las Municipalidades y Ministerios respectivos, el de Concepción y el de Los Ángeles, pero que después las mismas Municipalidades desafectaron las áreas destinadas a equipamiento, que no tenían como expropiar, ni resuelto en cuanto a poder, la relación entre los Concejos Municipales y las Agrupaciones de Juntas de Vecinos, tanto rurales como Urbanas.

Después en la década del 10 de este siglo XXI se aprobó por unanimidad en el Congreso Nacional la creación del Ministerio de Desarrollo Social, que escuchando los fundamentos de él, era parecido a lo propuesto la década del 60, pero que después al dictar el Reglamento y ponerlo en práctica, los Ministros nombrados le cambiaron el sentido primitivo.

Se ve ahora que para afrontar los graves problemas de la educación, la delincuencia, la necesidad de recurrir a las organizaciones territoriales de barrios, de comunas, para que ellas puedan colaborar en la solución de esos problemas, que no se pueden resolver por entidades ajenas a ellos,  superestructurales como Carabineros, la PDI, para el narcotráfico, y también para la circulación de vehículos dentro de la ciudad y los tacos.    

            

Hace falta más equipamiento en una ciudad como Los Ángeles que tiene poco más de 1m2 por persona, cuando el mínimo serían 9m2 de áreas verdes. Más escuelas, parvularios, bibliotecas, Centros Culturales y en Salud, policlínicos,  Ferias Libres, Grandes parques o cerros habilitados para eso, como se está haciendo en Santiago con los cerros islas. Riberas de ríos y mar, lagunas para bogar y pasear, como las que hay en Los Ángeles y no se aprovechan como las del Avellano y del Quilque en su nacimiento.

Pero este equipamiento debe organizarse para defenderlo y desarrollarlo, además de financiarlo para su mantención, pues muchas veces se hacen obras que después por falta de seguimiento no se mantienen y se pierden.

Si se consiguiera estructurar las ciudades con estos equipamiento es necesario interesar a la población, en especial los jóvenes a participar en estas entidades, dando parte de su tiempo en ello, lo cual es difícil sobre todo en una época tan individualista como esta, en que cada profesional o ciudadano no quiere salir de su m2 porque le significa pérdida de tiempo, tanto para su familia como para el mismo, pero hay que obtener ese tiempo, por medio de las familias que conviven en los barrios y que no sólo con su vida religiosa, política o deportiva se pueden o deben conformar.

Todo esto significaría obtener para las ciudades para mejorarlas y por lo tanto nuestra forma de vida, la preocupación por la belleza que muchas veces se olvida destacar en especial cuando hablamos de patrimonio. El patrimonio, la idea que desde hace un tiempo está en la cabeza de muchos, tiene su base en la belleza, pues es en ella que reside el patrimonio tanto el natural que nos entrega la naturaleza, que bien conformado con los años logra crear y mantener un paisaje en los llanos, las cordilleras y el mar, un paisaje de belleza reflejado desde luego por las obras del ser humano que se van acumulando, superponiéndose,  en el caso del patrimonio y llega hasta nosotros que debemos cuidarlo y aumentarlo para las nuevas generaciones que nos continuaran, así como nosotros continuamos las que nos procedieron.

En un programa bastante exitoso en televisión se habla y muestran “Lugares que hablan”, a ello añadiría al referirse a los edificios o conjuntos de ellos en las ciudades y pueblos, lo que dijo Paul Valery en su conocido Diálogo Eupalinos o el arquitecto: ”te has fijado que hay edificios que cantan,” que con la referencia de la TL podemos decir que “cantan no sólo que hablan”.

Esa belleza es sustancial en arquitectura, en paisajismo, lo que entregan esas comunidades a la población, al mundo para que gocen de ellas, de su canto.

Osvaldo Cáceres Órdenes.

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