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Lo positivo de esta noticia, en primer lugar, es que el primero en hacerse parte no sólo criticando esta situación sino que condenándola y pidiendo su corrección a la brevedad fue la CPC, siempre asociada al empresariado.
Julio Ponce Lerou fue incorporado como nuevo asesor de SQM, a pesar del supuesto compromiso de dicha empresa de dejar fuera a este ejecutivo del control de la misma, medida que habría tenido como objetivo acceder a una extensión en la concesión del litio por parte de la Corfo. Hoy, el ex director de dicha corporación indica que es una falta de respeto, que esto incumple el acuerdo y, por otra parte, la empresa remite correos donde se plantea expresamente que las asesorías estaban fuera del acuerdo.
Desde el punto de vista económico, dicha situación fue evaluada de manera negativa por el mercado, tanto así que las acciones cayeron un 1,51%, pero ¿hubo realmente algún cambio? En realidad, la empresa sigue siendo la misma, produce y vende lo mismo.
Lo curioso de este caso, es que en Chile hoy está pasando lo que en el mundo viene pasando hace ya algún tiempo: la ley dejó de ser un parámetro. La ley es un mínimo y -le guste a quien le guste y le duela a quien le duela- las empresas deben ir más allá de la norma, eso debe ser lo normal y no la excepción. Las empresas, así como las personas, se equivocan y, en este caso, hay una falla tremenda, hay un engaño a la fe pública.
Hoy las empresas deben respetar sus valores, misión y visión; en el siglo XXI las empresas responden más allá de sus accionistas, deben cumplir con un propósito social que va más allá del mero lucro: la gente a su alrededor debe ver cómo el progreso también les llega. Es por eso que hay un grupo no menor de personas indignadas con esta situación particular, situación que le hace un pésimo favor al cambio de imagen que las empresas chilenas están tratando de implantar, empresas preocupadas con su entorno y con una evolución sostenible. Empresas que cumplan un propósito.
Lo positivo de esta noticia, en primer lugar, es que el primero en hacerse parte no solo criticando esta situación sino que condenándola y pidiendo su corrección a la brevedad fue la CPC, siempre asociada al empresariado. Luego, lo hizo este ente misterioso llamado mercado, que también criticó la medida, generando una baja en las acciones de la empresa. En resumen, se generó un rechazo general al tema, a pesar de que legalmente -y al parecer- se estaría cumpliendo con el contrato. Esto demuestra, en definitiva, que sigilosamente el modelo está cambiando, y cambiando para bien. Hace 10 años atrás esto no habría sido noticia, nuestro nivel de tolerancia ha bajado y para evaluar a todas las instituciones.
Jorge Núñez Rojas, director Escuela de Ingeniería Comercial
UST Concepción – UST Los Ángeles.
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