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Columnista

El veranito de San Juan gremial

Leslia Jorquera

Renato Segura

Cerregional.cl

por Leslia Jorquera

El actual escenario mundial, donde se está exacerbando el interés individual, por sobre el colectivo, se requiere más que nunca una estrecha cooperación entre los actores sociales. Ojalá que la incipiente mesa de trabajo gremial, trascienda al tradicional “veranito de San Juan”.

 

La inminente separación administrativa de la provincia de Ñuble, fue el detonante para que, cinco de los principales gremios de la región del Biobío, se decidieran a crear una mesa de trabajo conjunta. En los últimos 40 años, salvo hechos puntuales, los gremios han privilegiado erróneamente el enfocar sus esfuerzos en la dirección de los intereses que representan.

En efecto, mirado desde una perspectiva sistémica, los sectores económicos -cuya diversidad queda representada por Asociaciones Gremiales- interactúan en un sistema de decisiones interdependientes. Es decir, lo que unos buscan para el beneficio de su sector, afectan los beneficios en los demás sectores. Bajo este esquema, no es de extrañar que los esfuerzos particulares por obtener el máximo beneficio, resulte en un fiasco para todos los involucrados. Este fenómeno se conoce en economía como “El dilema del Prisionero” (suele atribuirse a A.W. Tucker quien fuera profesor de John Nash, el padre de la teoría de Juegos no cooperativos).

El Dilema del Prisionero, ha sido el principal responsable en la concentración de la matriz productiva y el bajo nivel de oportunidades que se revela en la sociedad. A mediados del siglo XX, por iniciativa de la Corfo, el territorio regional se constituyó en un polo de desarrollo industrial basado principalmente en mega inversiones en electricidad, acero y petróleo. En la década de 1960, junto con la reforma agraria, se genera un salto cuántico en la producción de alimentos. Hacia fines de 1970, el estímulo fiscal se concentró en la acumulación de patrimonio forestal, base para el vertiginoso desarrollo posterior de las industrias de celulosa y madera. A partir de 1980, el Estado se repliega de la actividad económica regional, terminando con el ciclo de juegos cooperativos y dando paso a modelo de juegos no cooperativos.

La concentración de la matriz productiva, la desaparición de vastos sectores de la industria, la fuga de capital humano y la desintegración administrativa del territorio son los efectos negativos más evidentes para el sector productivo; la falta de oportunidades y el desequilibrio en el desarrollo social y territorial, los efectos más adversos para la población.

El actual escenario mundial, donde se está exacerbando el interés individual, por sobre el colectivo, se requiere más que nunca una estrecha cooperación entre los actores sociales. Ojalá que la incipiente mesa de trabajo gremial, trascienda al tradicional “veranito de San Juan”.

Renato Segura

Cerregional.cl

 

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