Opinión

Jugando al "zero sum game"

Manola Sánchez

Escuela de Negocios

Universidad Adolfo Ibáñez

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06-07-2016_20-25-46manola-sanchez / FUENTE:

Por estos días, la Reforma Laboral parece estar convirtiéndose en lo mismo: un juego cuyo resultado parece ser cero y donde nadie gana realmente.

 

Se llama “zero sum game” o “juego de suma cero” a todo juego en que las ganancias de cualquier actor sólo pueden producirse a costa de un total de pérdidas idénticas del resto de los participantes. En palabras aún más sencillas, se trata de un juego de suma cero con dos jugadores, en que lo que gana uno, es porque lo pierde el otro.

Se dice que el ajedrez o el póker son ejemplos de juegos de suma cero. Y, por estos días, la Reforma Laboral parece estar convirtiéndose en lo mismo: un juego cuyo resultado parece ser cero y donde nadie gana realmente.

Una de las reformas ejes del actual gobierno se ha convertido otra vez en una disputa entre dos bandos, con tres caras. Una entre la ministra del Trabajo y el titular de Hacienda. Otra política entre representantes de la oposición y los de la nueva mayoría. Y, quizás la más lamentable, la disputa entre empresarios y trabajadores. Mientras tanto, el proyecto de ley hoy depende de la aprobación en el Congreso del veto presidencial, que suprime los pactos de adaptabilidad sobre jornadas y horarios y los quórums sindicales para la negociación colectiva, consideradas concesiones al sector privado.

Tanto en este tema como en lo referente a la Educación, los desencuentros han caracterizado la tramitación han convertido a las iniciativas en ejemplos de errados manejos políticos del gobierno. Una forma de cómo NO se deben hacer las cosas: desde veredas opuestas, enfrentadas y sin apertura real al diálogo.

¿Quién gana entonces este juego? ¿El gobierno? ¿Los trabajadores? ¿El empresariado? Hasta ahora la única certeza acerca del proyecto laboral es que generará incertidumbre, y eso sin duda, no permite hablar de ganadores.

El profesor de Harvard Business School, Michael Porter habló en 2011 del valor compartido o “shared value”. Porter afirmó que la suma de las partes debe ser más que las partes individuales, para que sea sostenible. Algo que en la disputa oposición- gobierno; empresa-trabajadores, claramente no se da. Si en vez de “suma cero” el camino fuera “valor compartido” sería más fácil reconectar el éxito de la empresa con el progreso social. En 2011, Harvard Bussines Review afirmaba que el “valor compartido” también debiera formar parte del nuevo el capitalismo y su relación con la sociedad. También podría impulsar la próxima ola de innovación y crecimiento de la productividad en la economía mundial.

En el mundo privado abundan los ejemplos que muestran lo bien que funciona la teoría de Porter. El rápido crecimiento económico y social de Chile en las últimas tres décadas, es una evidencia de valor compartido. Chile es hoy el país más rico de Latinoamérica y sus indicadores sociales han mejorado en casi todos los aspectos, lo que en gran medida se debe al crecimiento del sector privado, que fue generando paulatinamente, beneficios para sus trabajadores y las comunidades. Un proceso lento pero constante. 

Gobierno y empresas están siendo presionados por chilenos, cada vez más empoderados, a ejercer roles más proactivos en la mejora de la calidad de vida, y el valor compartido es una oportunidad única para que ambos aporten en tal dirección. Eso es lo que plantea Shared Value Initiative, comunidad global que conecta profesionales en busca de las formas más eficaces para aplicar “valor compartido” en Chile. Ello porque tienen la certeza de ya que el éxito de las empresas está vinculado inexorablemente al bienestar económico y social de las comunidades en las cuales operan.

Para avanzar en esta dirección, las compañías deben desarrollar nuevas habilidades, los Gobiernos tienen que aprender a regular permitiendo el valor compartido. Las universidades tienen que mostrar a los alumnos una nueva visión de los negocios… una que es mejor para todos. 

En definitiva, tal como Porter afirmaba, en la medida que todos estén bien, ganan. Pero para alcanzar ese estado debemos partir por pensar como país y no actuar desde una posición inamovible en veredas opuestas. Gobierno, políticos, academia, empresas y trabajadores tenemos un mismo objetivo: hacer de Chile un país mejor. Las soluciones deben buscarse conjuntamente y dejar de llevar cada reforma a “un gallito” entre “buenos y los malos”. Dejemos de jugar al “zero sum game”.

Manola Sánchez

Escuela de Negocios

Universidad Adolfo Ibáñez

 

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