En Educación 2020 creemos que es urgente rebelarse contra esta desatención a la Educación Técnica. Al igual que nosotros, otras personas e instituciones comparten esta necesidad.
¿Sabía usted que la mitad de los estudiantes de educación media estudian en liceos técnicos profesionales? ¿Y que la matrícula técnica en educación superior es 45%? Con estos estudiantes ya egresados convivimos a diario. Cuando se nos echa a perder el auto, cuando nos instalan internet, cuando vamos a un restaurante, cuando nos tomamos muestras de sangre, cuando necesitamos que nuestra contabilidad esté ordenada. Las y los técnicos profesionales están en nuestro cotidiano y en la base del desarrollo de nuestro país, como motor de trabajo de cada industria: minería, agricultura, construcción.
Un país necesita de técnicos profesionales de alta preparación para desarrollarse, incluso para su bienestar. ¿Cuánto se le puede echar a perder la vida a uno cuando el computador se va a negro o cuando explota una cañería? Se agradece muchísimo cuando alguien arregla el auto de forma competente y profesional en una panne o cuando la gente trabaja a gusto en el banco o en el hospital.
Si Chile no puede vivir sin sus técnicos, ¿por qué no les damos el lugar que merecen? Profesionales y técnicos debieran recibir la misma valoración social y económica, sin sufrir una brecha salarial abismante. Esta es la realidad de los países que han logrado que la educación técnica sea una opción de vida.
Pero en nuestro país hoy la educación técnica es casi lo que botó la ola. Sería una señal de desarrollo que la educación técnica se eligiera por vocación, atrayendo a estudiantes de todos los colegios: públicos, particulares subvencionados y particulares privados. ¿Sabía usted que en Chile sólo dos colegios privados imparten formación técnica? Apenas dos de los 715 colegios privados del país. Mucha gente no elige la técnica por miedo a bajos sueldos. Y así esta desigualdad nos deja miles de técnicos frustrados vestidos de profesionales.
Chile está en deuda con su educación técnica. La mitad de los docentes de liceos técnicos no tiene formación en pedagogía. Falta planificación sobre las especialidades de los liceos según la configuración productiva de su territorio, falta un plan de formación para el desarrollo de habilidades necesarias para el mundo del trabajo. En la educación superior sólo el 22% del gasto público se destina a centros e institutos de formación técnica, el resto va para las universidades. La desregulación del sistema es enorme: sólo el 38% de los CFT e IP están acreditados. Hoy ni gratuidad tienen los estudiantes de estas instituciones. Los CFT estatales son un avance, pero cubrirán apenas el 2% de la matrícula.
En Educación 2020 creemos que es urgente rebelarse contra esta desatención a la Educación Técnica. Al igual que nosotros, otras personas e instituciones comparten esta necesidad. Por eso en 2015 nace Mejora la Técnica, una iniciativa ciudadana conformada por 18 organizaciones de la sociedad civil y del mundo privado. En conjunto levantamos la plataforma www.mejoralatecnica.cl y llegamos a casi mil estudiantes, profes y directivos técnicos de Chile que enviaron sus propuestas de mejora para la técnica. Estos sueños, agrupados, conforman el documento “15 propuestas para cambiar la historia de la educación técnica”. Desde hoy, esas propuestas serán votadas por la ciudadanía para que las autoridades sepan cuáles son las más urgentes.
Con este hito nace Mejora la Técnica, una alianza entre 18 organizaciones y la ciudadanía. En conjunto, seguiremos para defender estas propuestas.
Mirentxu Anaya
Presidenta Ejecutiva
Educación 2020