Opinión

Progresar es vencer las dependencias que nos coartan

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

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08-12-2015_21-43-54VíctorCorcobaHerrero / FUENTE:

Sólo se progresa cuando se piensa en unión, haciendo de la unidad una apertura de horizontes, para poder mirar lejos y en qué sentido actuar, cuestionándonos con valentía nuestro modo de ser, de compartir, de administrar, de servir para procurar el bienestar de toda la ciudadanía.

 El mundo no progresa lo suficiente por mucho que se nos llene la boca de avances; considero que, en ocasiones, tal vez demasiadas veces, se retrocede en la medida que cada día el ser humano es más dependiente de dominadores sin escrúpulos. Lo cierto es que la libertad no es únicamente para soñarla, es también para vivirla, como camino de esperanza, como estrella-guía, pues cada persona ha de poder ser ella misma, y no un producto de mercado. Lo importante no es crear condiciones económicas favorables, que suelen desembocar en un final perverso, sino que también hay que activar la convicción interior, cada cual consigo mismo, de ser dueños de su propia existencia. De lo contrario, no seremos felices puesto que en la misma búsqueda interna nos sentiremos ahogados, oprimidos, sin fuerza para proseguir camino alguno. De nada va a servir la libertad de expresión, si la libertad de pensamiento, está tomada por los que mueven los hilos del poder. Lo mismo sucede con la libertad de movimiento, tampoco va servir de mucho si luego nos encontramos con el muro de la exclusión. El día que deje de ser un privilegio de algunos la libertad de acción y pase a considerarse un hábito a cultivar por todos los ciudadanos, entonces sí que habremos florecido responsablemente.

De ahí, lo importante que es unirse para luchar por la justicia y la equidad en el planeta, dejándonos guiar por la ética, la transparencia y la rendición de cuentas públicas, o sea, por la estética de un orbe fraternizado.

Sólo se progresa cuando se piensa en unión, haciendo de la unidad una apertura de horizontes para poder mirar lejos y en qué sentido actuar, cuestionándonos con valentía nuestro modo de ser, de compartir, de administrar, de servir para procurar el bienestar de toda la ciudadanía. El mundo actual se enfrenta a diversos problemas como la desigualdad, la discriminación y la intolerancia; a ello hay que sumar el cambio climático, el terrorismo y el extremismo violento. El mayor progreso radica en inculcar una mentalidad de una cultura armónica, que reconsidere al ser humano como lo más importante, con una nueva conciencia del poder intemporal de la Declaración Universal de Derechos Humanos, haciendo todo lo posible para defender los ideales, entre los que está ese don excelente de la naturaleza como es la libertad con sentido responsable, algo propio y exclusivo de los seres racionales, y las aspiraciones ciudadanas, que son válidas para todas las culturas y todas las personas. Esta ansiada libertad no radica en el capricho, sino más bien en la prudencia humana, que ha de considerarse legítima en la medida que nos ayude a crecer y a convivir.

Cada individuo es un buscador de vida, o de verdad si quieren, más allá de un corazón encerrado. Al fin y al cabo, todos tenemos derecho a vivir según los principios moralistas de esa autenticidad hallada.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

 

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