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A pocos meses de entregados los resultados de la Encuesta Casen 2013, hoy sabemos que los mayores de 60 años constituyen el 16% de nuestra población nacional, es decir, casi tres millones de personas.
Hace unas semanas conmemoramos a nivel nacional el Día del Buen Trato hacia los Adultos Mayores, instancia que nos emplaza a realizar diariamente diversas acciones destinadas a reconocer y valorar socialmente a las personas mayores con la finalidad de permitirles vivir su vejez de una mejor manera.
Sin embargo, algo que debería ser tan normal en nuestro actuar como lo es el respetar y cuidar a nuestros adultos mayores pareciera no estar incorporado en nuestra conducta colectiva, por cuanto constantemente podemos ser testigos de cómo a través del maltrato físico, psicológico, la relegación del adulto mayor a un sector de la casa, el abuso patrimonial, su infantilización, los largos tiempos de espera en los servicios de salud, el engaño y abuso de los créditos a largo plazo, entre otros, vulneramos la integridad y dignidad de las personas mayores.
A pocos meses de entregados los resultados de la Encuesta Casen 2013, hoy sabemos que los mayores de 60 años constituyen el 16% de nuestra población nacional, es decir, casi tres millones de personas, de las cuales 348.361 viven en Bío Bío, hecho que nos deja como la sexta región más envejecida de Chile.
Si a lo anterior le sumamos que proyecciones estiman que para el 2025 este grupo etario representará un 23,5% de nuestra población (Celade 2012), se hace patente lo urgente y necesario que hoy preparemos profesionales especializados en el trabajo con adultos mayores; que desarrollemos políticas públicas pertinentes que se hagan cargo de este crecimiento exponencial de la población y de la diversidad de los adultos mayores, especialmente de aquellos que están en situación de pobreza, fragilidad, y vulneración de derechos. Asimismo, se requiere generar políticas universales que incorporen un abordaje integral de las personas, las cuales aseguren condiciones de habitabilidad, educación, trabajo, salud, participación, y cuidado especializado de los adultos mayores más dependientes.
En este sentido, diariamente como Hogar de Cristo buscamos entregarle una atención especializada y de calidad a los más de mil adultos mayores que atendemos en nuestros 26 programas desplegados en la región, de modo tal de generar una red de protección de derechos hacia los adultos mayores, junto con fortalecer y mantener su autonomía e independencia, les permitan ser incluidos socialmente.
Nuestros adultos mayores esperan actos de justicia, nuevas oportunidades y señales de solidaridad, necesitan ser visibilizados e incluidos socialmente, pero sobre todo debemos demostrarle a través de nuestro buen trato que nuestra sociedad se preocupa por ellos los 365 días y no sólo una vez al año.
Daniela Sánchez
Fundaciones Hogar de Cristo
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