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La Tribuna
Columnista

Una buena noticia después de tantas malas últimamente Parte III y final

Cristian Delgadillo Rosales

Osvaldo Cáceres González,
Doctor, Profesor y Arquitecto
Universidad de Chile ICA 914 A.G.

por Cristian Delgadillo Rosales

Varios colegas o amigos a los que le envié el artículo publicado en La Tribuna, la mayoría ha acusado recibo favorablemente, pero otros no. Estarán, al igual que don Pedro Sánchez, en desacuerdo en trabajar con el Ejército. Somos un país pretendidamente democrático, así que cada cual tiene derecho a tener su opinión -deber, diría mejor, pues muchos se callan y nada dicen-.

Un colega que trabajó en la iniciativa estimó que faltaba dar más información sobre el proyecto, en especial su tratamiento del espacio interior del resto del terreno de casi una hectárea, lo cual explicaremos a continuación, lo mismo que otros detalles del mismo.

El proyecto a que llegamos es una reconstrucción tipológica, pues, seguramente, cuando Bernardo se hizo cargo de la hacienda a comienzos del siglo XIX se encontró con viviendas de esta tipología que abundaban en esta zona, aun hoy también y en la costa de Chile, desde Huasco al sur, por lo que nosotros sabemos, y se encuentra en los estudios de vivienda colonial y republicana de nuestro profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile Roberto Dávila Carson.

El origen más antiguo es difícil definirlo, pero así como de  las grandes viviendas y edificios de carácter agrícola, en Italia se han encontrado sus huellas en la arquitectura romana, aquí pueden estar en esas grandes casas que encontró Pedro Valdivia en la zona de Arauco y que describen cronistas de su época, midiéndolas “en cuadro” como ellos lo hacían coincidiendo con las medidas que hemos adoptado nosotros, también que tenían dos puertas y estaban construidas con grandes “tablazones” como dice Valdivia. Hay actualmente algunas rukas construidas con grandes tablas que encontraron nuestros alumnos de la Escuela de Arquitectura de Temuco, muy diferentes al resto de las rukas mapuches de la llamada Araucanía.

La Casa, que será un museo, es una construcción longitudinal norte sur como la llamada “casa larga” del historiador Augusto Vivaldi en Florida, cerca de Concepción, en el antiguo camino de la costa, que pasaba por Cobquecura, por donde él nos dijo cuando hicimos el levantamiento de su casa, se fue José Miguel Carrera al norte, antes de la Batalla de Rancagua. Tiene corredores a ambos lados y un pasillo que la cruza del acceso que partía del corredor al oriente y terminaba en  el corredor al poniente, el cual lo orientamos hacia “el castaño de O’Higgins” donde ahora hay un busto de él.

El sector norte de la construcción era la vivienda de la familia y el sur una gran bodega. Entremedio de ellos queda la capilla con un altillo o coro que sirve de atalaya. En ese sector hemos dejado una oficina de atención de público, venta de entradas, etc.

En lo que era bodega vamos a desarrollar con fotos, planos, etc., la vida de los tres personajes ligados al del prócer: Ambrosio O’Higgins, Isabel Riquelme y el mismo Bernardo, como parte del museo.

En el resto del terreno hemos considerado hacer unos miradores al poniente con vista al hermoso paisaje circundante, sobre la salida del túnel de escape de la Casa que habrá de limpiarlo y recuperar.

Hacia el sur del terreno tenemos los 18 estacionamientos que pidió la DOM de Quilleco y el estero que lo limita prácticamente. Estero que venía del oriente cruzaba el camino a Villa Mercedes, pasaba por el terreno actualmente ocupado por el Liceo de Canteras frente a la Casa. El estero lo vamos a recuperar manteniendo el estanque de agua que ahora no se usa, y con las aguas lluvias que recuperaremos de la Casa, en las acequias que la rodean junto con los parrones y ramadas proyectados.

En esa época de Bernardo, los baños y cocina quedaban fuera. Por ello, hemos proyectado un cuerpo aparte en albañilería reforzada, semi enterrado, para que no afecte a la construcción principal. Además, el sector del estero llevará una rueda de Molino de Agua que existía en la época de Bernardo y que era muy usado en los años en que él habitó su casa, e incluso después en que habían también en Los Ángeles, Yungay, Pemuco, algunos de los cuales se han tratado de recuperar.

Entre la Casa y el castaño hemos dejado un espacio para cuando se junte público con las autoridades para celebrar el día de Bernardo el 20 de agosto, como se hace todos los años,  y un espacio centrado en el estanque referido que, además de mantenerlo, lo revestiremos con murales en relieve referentes a Bernardo y su vida, como un teatro al aire libre, siguiendo la pendiente del terreno, para espectáculos teatrales, conferencias y conciertos.

El terreno de casi una hectárea es pequeño, no solo para los estacionamientos que se necesitarán, sino para futura expansión del recinto que podría tener como anexos hospedajes, restaurantes, etc., para atraer turistas y delegaciones de todo un circuito que va desde el poniente por       Santa Fe y Coyanco por el Kuel respectivo y el Kuel de Huequecura al oriente: Fuertes de Negrete, Mesamávida, Los Ángeles, San Carlos de Purén y Tucapel, estos dos últimos que han sido declarados monumentos históricos y nada se ha hecho, salvo proyectos. También las termas de Nitrao a la entrada de Trapa Trapa cerca de Cauñicú, donde está la Casa de la  Cultura ya referida. Por eso, estamos en el proyecto solicitando más terreno a los vecinos propietarios del resto de la Hacienda Las Canteras, que creemos no tendrán problemas en donar otras pocas hectáreas.

Así hicimos con el alumno Joaquín Concha el ”Catastro y Georeferenciacion del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de Los Ángeles” como Informe de Habilitación Profesional para optar al título de Ingeniero de Ejecución en Geomensura en la Sede local de la Universidad de Concepción en el 2002 con el profesor patrocinante Luis Navarrete Zúñiga, donde habíamos hecho clases por un año en Urbanización con Saúl Navarrete como ayudante.

Finalmente, no puedo dejar de referirme a nuestra familia  que pocas veces ha logrado vibrar con nuestros proyectos, salvo en este y en otros, como la Casa del Arte de Concepción realizada con los arquitectos Alejandro Rodríguez y Javier Licimaco Gutiérrez e inaugurada en 1965 y, por razones obvias, la casa de Víctor Lamas. De  ellos hemos recibido siempre apoyo y ahora correos congratulándonos por su buen camino hacia su realización:  Anahí Cáceres, artista  plástica y profesora de artes en Buenos Aires; Manuel Osvaldo  Cáceres, físico teórico, doctor y profesor en el instituto Balseiro del Centro Atómico de Bariloche; Gonzalo Cáceres, profesor magister en historia de la U. Católica y doctorado en Valencia y Buenos Aires; a mi esposa, Ivonne Díaz Aguilera, quien siempre me ha apoyado en todo; el matrimonio de Alicia Cáceres y Juan Reyes, profesores de Artes titulados en la Escuela Artes Aplicadas de la U. de Chile y maestros artesanos orfebres, y su hijo Juan Alonso arquitecto y profesor del Duoc U. Católica.

El matrimonio Cáceres-Reyes en el año 1973 realizó una reproducción en metal y piedras semipreciosas de Templo Votivo de Maipú y la enviaron al Papa para que intercediera  ante la dictadura por la liberación de su hermano, y ahora viuda, basándose en las ilustraciones de nuestro libro “La Arquitectura de Chile Independiente”, ha realizado reproducciones de otros edificios con ese mismo material y técnicas y también la Casa de O’Higgins en Las Canteras de Quilleco.

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