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Iván Aguilera: la aspiración de entregar todas sus armas a la provincia

por Gonzalo Meller

La máxima autoridad militar angelina ha realizado sus sueños gracias a una disciplina y entrenamiento que pondrá a disposición de las nuevas generaciones de la provincia para que puedan cumplir los suyos.

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Como el único y primer militar en su familia, Iván Aguilera Bascuñán, hijo de Norma Ana Bascuñán Díaz y Juan Iván Aguilera Cabrera (Q.E.P.D) ha recorrido un largo camino marcial con la expectativa de cumplir la noble misión que le otorgó el Ejército de mantener vivo su espíritu y pertenencia a todos los chilenos.

Al comenzar la entrevista en las inmediaciones de su nueva oficina en el Destacamento Nº 17 de Los Ángeles, lo primero que comentó previo a esta fue sobre la nota realizada con anterioridad en Diario La Tribuna, la cual anunció su llegada al cargo.

Le aseguré que tenía en frente al autor de ella a lo que respondió “usted ha hecho a una madre feliz, ella se emocionó y la verdad de las cosas es lo que uno quiere en la vida, ser un orgullo para su familia y a la vez ser feliz”, aseverando que con esos sentimientos ostentará el cargo.

Iván Aguilera Bascuñán nació un 30 de enero del 1972 en Viña del Mar, donde vivió toda su infancia estudiando en el Colegio Parroquial San Antonio hasta los 16 años.

El nuevo comandante, aseguró que su formación académica fue bastante exigente, basada en la cultura y virtudes que reforzó más tarde en el Ejército referente a la forma de servir.

Dentro de sus recuerdos de niñez, explicó qué es ser boy scout, asegurando que "el que es scout una vez lo es para toda la vida, este es un dicho común que une mucho a las personas y mi afán idealista es estar siempre listo. Uno propio del Ejército".

Además explicó que fue ahí donde nació uno de sus afanes por una eminencia topográfica que persiste hasta el día de hoy: la montaña.

UN DESTINO INFLUENCIADO POR LA MONTAÑA

La autoridad militar comentó que su pasión por el Ejército, partió desde muy pequeño observando el cerro La Campana en Valparaíso, estero Marga Marga y otros. “Me gustaba subir cerros y esa era mi aspiración, veía los cerros y como buen explorador quería subirlo porque era el más alto del sector”.

Posteriormente, su tenacidad por enfrentar la montaña se acrecentó y fue ahí cuando ingresando a la escuela militar a los 16 años supo su destino: ser infante de montaña.

Con la meta de cumplir su sueño y así las misiones del Ejército, el nuevo comandante afirmó que "cuando veía a estos soldados montañeses y las escuelas se encontraban ahí, con todos esos hombres de blanco en sky y boinas verdes con distintos simbolismos en las paradas militares pregunté quiénes eran, pero seguro de querer formar parte de ellos".

Consecuentemente, ingresando al Regimiento de Guardia Vieja en Los Andes continuó su cruzada por subir el cerro, esa que veía desde pequeño. Pero no fue un trabajo fácil, ya que buscó concretar su sueño con un trabajo logístico riguroso, especializándose en montaña en 1996.

"El comandante del regimiento creyó en mí, siendo teniente me nombró comandante y empezamos una frecuencia de entrenamiento que duró dos años donde hicimos reconocimiento y al año siguiente comenzamos con el proceso de subir".

Finalmente lo logró y subió la cumbre tal como lo programó: el día de su cumpleaños.

SU MISIÓN MÁS DÍFICIL: LA TRAGEDIA DE ANTUCO

Después de su avance en la escuela de infantería fue destinado al sur y en ese lugar ostentado el cargo de capitán llegó a Lonquimay.

Comandando ese cuartel cordillerano, el 18 de mayo del 2005 sus características propias de servir en forma permanente, todo el entrenamiento junto a la formación especializada en montaña que reunió a lo largo de su vida tuvieron que ser puestas en práctica férreamente ya que tuvo que concurrir a Los Ángeles para ayudar en uno de los hechos más oscuros en la historia militar: La Tragedia de Antuco.

Desde el 19 de mayo participó de los rescates subiendo a primera hora para formar parte de la "Operación Antuco".

En cuanto a esa experiencia, la máxima autoridad militar angelina comentó que “fue de mucho respeto profesional, gran parte de la experiencia que poseo hoy en día fueron dadas en aquel lugar".

A lo que agregó que “es en los momentos de apremio cuando uno conoce a la gente como es, la amistad, el apoyo y esa era nuestra misión. Apoyar a la unidad cumpliendo con nuestro deber".

También señaló que como soldados se acostumbran a los momentos de crisis o a que puedan suceder accidentes, pero vivirlo en carne propia le permitió realmente sentir una sensación de amistad compenetrada.

“Me siento orgulloso de haber tenido la oportunidad de apoyar sintiéndome afortunado de tener las condiciones en ese momento para realizarlo”.

Por último, frente al tema cerró asegurando que fue una de sus misiones más difíciles “pese a que todas tienen características especiales, pero aquella es una de las más complejas y delicadas que he tenido junto a la del terremoto. En ambas sentí la misma sensación de aportar y que mi trabajo fue en beneficio del bien común del Estado".

SU FAMILIA

El comandante comentó que está casado hace 17 años con la sanfelipeña, Emma Fabiola Maturana, oficial de Ejército y Justicia de profesión abogada, también con una vinculación al Destacamento N° 17 de Los Ángeles, ya que cuando era regimiento fue su primer trabajo militar. Ahí ascendió a capitán de Ejército, por lo que fue su "unidad cuna", incluso haciendo su juramento a la bandera en la plaza de armas angelina.

Con ella, indicó que se conocieron por circunstancias del destino encontrándose en la plaza de Los Andes. “En una oportunidad con un grupo de amigos en ese momento había pocos lugares para reunirse entre jóvenes, pero había un restaurant donde nos encontramos”.

Su historia de amor se mantiene hasta la actualidad y afianzó lazos con sus dos hijas: Pilar y Sofía.

FILOSOFÍA DE MONTAÑA

Para finalizar, la máxima autoridad militar angelina, comentó sobre su llegada y objetivos al mando de la institución que viene desde los albores de la Independencia de Chile concretando su quimera de comandarla.

“No puedo negar que mi sueño era asumir el cargo de una unidad de montaña, me siento agradecido que me hayan dado la confianza para estar en este destacamento, porque es una unidad a la que quería servir y con esto he logrado otro sueño".

A lo que agregó que "no son sueños inalcanzables, pero hay que trabajar para eso, no fue sencillo, pasé por un periodo de transición donde aprendí mucho de docencia, capacitación y otros".

Asimismo, puntualizó que ostentando el cargo aportará la voluntad de vencer, porque “es lo que enseña mi especialidad en montaña, cuyo lema es véncete para vencer. Hay mucha filosofía en esto ya que enseña al soldado a combatir y eso lo hacemos manteniendo la calma, siguiendo adelante”.

Por último, aseguró que es un soldado montañés feliz, que ha logrado pasar por cada uno de los puestos siendo comandante de sección, de compañía, batallón, y ahora del Destacamento N°17 de  Montaña de Los Ángeles. “Que más le puedo pedir a la vida”, finalizó.

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