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La Tribuna

Eduardo Zacarías: "Me quiero casar, no quiero llegar al último día solo"

por Nicolas Irribarra Irribarra

Un hombre generoso, atento y buena persona. Son conceptos que pueden describir, brevemente, a este pintoresco personaje de Los Ángeles. Hoy colabora en el negocio "Mi Video" de calle Colo-Colo, y disfruta, como nadie, de su trabajo.

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Eduardo Zacarías, de 58 años, es un angelino que tiene de todo para ser un personaje típico de la comuna. La alegría siempre está presente en sus quehaceres, y para qué hablar del buen trato que tiene con la comunidad.

Cada tarde es el hombre que encabeza el club de toby que se reúne en las afueras del negocio donde trabaja, razón por la cual siempre se aglomera una gran cantidad de gente en el lugar, lo que incide directamente en el alto número de ventas del local.

Es un hombre que se las trae. Pocos pueden contar que ha tenido cuatro mujeres, y cuatro hijos de cuatro madres distintas. Nos cuenta que hace más de 25 años que recibió su última demanda por pensión alimenticia, y nosotros esperamos que esta publicación no sea motivo para llegar a circunstancias como esas.

Jorge Zacarías y Lisa Antón Habach son los padres de este entretenido personaje, quien asegura saber el idioma natal de sus progenitores, y que quiso abrir el local de sus historias.

“Yo nací en Chile, pero mis papás son Árabes. He tenido un buen pasar durante toda mi vida, y no me puedo quejar. Me gusta mi país, me gusta Los Ángeles”, indicó.

Cuenta que viajó hasta las tierras de sus antepasados, pero fue de patiperro.

“Estuve en el país desde donde vinieron mis papás, fui por 6 meses el año 1973. Acompañé a mi mamá, que tenía que hacer un viaje, pero fuimos a pasear”, nos contó.

Durante su niñez, tuvo la difícil misión de aprender a hablar árabe, algo que para algunos pareciera ser imposible.

“Mis papás toda la vida han hablado en árabe, no se les entendía mucho, pero como uno estaba todos los días con ellos, al final uno aprende solo, y mis hermanas que eran mayores que yo, me enseñaron. Yo aprendí más que todos, y me llevaba bien con mis viejos. Tuve una buena infancia”, añadió.

Sus papás no llegaron arrancando de ninguna guerra, ni menos buscando hacer una fortuna. La razón es muy simple, y fue solo emocional.

“Mi papá tenía un hermano en Chile, en Los Ángeles, y le dijo que se viniera con toda la familia, se vino mi madre y mi padre junto a mi hermano ‘juanito’. Y aquí estamos, más de 50 años”.

No le iba mal en el colegio, pero reconoce ser desordenado. Tanto es así que lo terminaron echando de su primer establecimiento educacional.

“Partí estudiando en el liceo Alemán y después en el liceo de hombres. Llegué hasta cuarto medio y después me dediqué a los negocios. Cuando ya estaba establecido en uno, lo tuve que vender. Además, salí mucho. Tenía muchos amigos”, confesó entre risas.

Sobre la opción por la que no continuó estudiando, el ‘bigotón’, como le gusta que lo llamen, aclaró que fue solo por ‘culpa’ de él.

“La verdad es que mis padres me dieron todas las oportunidades de estudiar, pero como a mí me gustaba salir, la fiesta, no estudié nada”, dijo.

“Mis padres como tenían negocio, no tenían tiempo para obligarnos a estudiar. Como yo era grande no hacía caso, hacía lo que quería”, comenta.

¿QUÉ HA HECHO EN SU VIDA?

Durante mucho tiempo se dedicó a negocios, particularmente de su padre. Cuando lo vendió, se dedicó a colaborar en otros lados. Trabajó en Comac, y varias otras empresas, pero reconoce que por su edad será difícil ingresar a otra fuente laboral.

A la hora de preguntar por su familia, comienza con carcajadas para explicar que tuvo cuatro mujeres, y un hijo con cada una. También se dio el tiempo para contar cuáles eran sus técnicas de conquista.

“Uno era muy galán antes, muy tierno. Ahora no, los jóvenes no tratan muy bien a sus parejas. Por ejemplo les dicen: ya, ¿vas a subir o no? (a un auto), y antes no era así la cosa. Uno se esmeraba, le abría la puerta a la pareja, y era atento. Ahora no, se aburren rápido. Yo solo caí en las redes del amor”, relató don Eduardo.

Tiene 6 nietos, y la más chiquitita es la Agustina, que tiene 8 meses. Amaro es otro de los nietos que más ve, lo que no significa que sean los regalones.

Todos sus hijos y nietos viven en Los Ángeles, pero no se ve mucho con ellos, a pesar de que sabe que existe una buena relación con cada uno.

Picarón como él solo, cuenta que tuvo, hace muchos años atrás, varios problemas de pensión alimenticia, ya que aduce las causas al ‘aburrimiento’ de las ex parejas.

¿LE MOLESTA ALGO?

“A mí me molesta la gran cantidad de tacos, me tiene chato. Usted no puede caminar por el centro. Se van a instalar una gran cantidad de negocios y, dónde se va a meter a toda esa gente. Quedó muy chico Los Ángeles, se concentró todo en un espacio muy reducido”, dice con un claro tono de molestia.

Agregó que “se va a instalar una tienda comercial grande, una carnicería que no lo hace nada de mal, y con eso se va a repletar el centro. Los bancos están siempre llenos, no se pueden hacer trámites. Parece que los hacen con gente adentro”, comentó mientras terminaba su frase con una sonrisa.

Es un hombre que vive la vida a concho, disfruta su trabajo, pero que, inusualmente señala que no tiene ningún gran recuerdo de infancia, o de algún hecho anecdótico cuando joven. Sabe que existen, pero no fueron lo suficientemente importantes como para guardarlos en la retina.

“Si yo pudiera darle un consejo a algún cabro joven, le diría que tiene que cuidar su plata. No gastar tanto la plata, porque si yo hubiese ahorrado lo que me gasté durante mi juventud, sería millonario. Tendría dos Mercedes (Benz) estacionados por aquí”, sostuvo.  

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