"No veo la radio como un trabajo, sino como un juego de niños"

Sebastián Salazar es nacido en Puerto Montt y criado en la ciudad de Los Ángeles, donde se ha desarrollado en el mundo de las radios desde los 12 años de edad, lo que ha dejado en él una vasta experiencia en el mundo de las comunicaciones.

Tiene 23 años y a futuro le gustaría tener su propia estación radial, además de poder hacer doblaje para películas, dibujos animados y comerciales.

¿Dónde te has desempeñado como radiocontrolador?

En distintos medios de comunicación. Empecé en radio Camila con don Julio Cerda, después trabajé en varias radios más, pero es ahí donde me inicié.

¿Qué es lo que más te gusta de desarrollar esta actividad?

Ir experimentado, ya que he conocido distintas radios, hasta estuve de locutor en la Caramelo, que ahora se llama Sabrosita. En ella estuve dos años, lo cual me sirvió para aprender y conocer mucha gente. Por lo que esa experiencia fue un mundo nuevo para mí.

¿Cuál ha sido la gran enseñanza que destacas del rubro?

El comunicar, el saber cómo está la persona allá, al otro lado de los micrófonos, me refiero al receptor.

¿Cómo ves el desarrollo de la actividad en la ciudad de Los Ángeles?

El rubro es complicado de desarrollar acá, ya que es peleado el puesto de radiocontrolador debido a que existe poco campo.

¿Qué es lo que más te gusta de Los Ángeles?

Pensando en un lugar, es la plaza Pinto, ya que es relajado ir para allá, se puede ir de paseo y que eso se transforme en un descanso.

Aparte del mundo radial, ¿qué otras cosas te gusta hacer?

Me gusta editar audios, me dedico también a hacer voces para publicidad y grabación de éstas. Lo último es lo que más me ha gustado. Si bien me gusta hacer programación y estar pendiente de lo que se está transmitiendo en la radio, lo que más me ha llamado la atención siempre es poder hablar al micrófono, sentir la sensación de comunicar algo.  Además, hacer doblaje de animación, que mi voz vaya en algún personaje animado, en alguna serie o película.

¿Cuáles son tus pasatiempos?

Me declaro un fanático y apasionado por las motos. Hace un tiempo participé en el club de motos Ruta 5 de Los Ángeles, eso exactamente hace un año atrás. Lamentablemente, hoy no me he podido dedicar mucho a esa pasión, pero es algo que quiero retomar.

¿Cómo describirías un día de trabajo? 

Es jugar, siempre he dicho que para mí el mundo radial no es un trabajo sino que venir a jugar, ya que yo no lo considero como tal, sino que lo veo como algo que me encanta hacer. Pienso que todo el día estoy jugando, es como un niño jugando con su play.

Puesto que muchas veces eres el primero de enterarte de hechos noticiosos, ¿cómo ves la responsabilidad de trabajar en un medio radial?

Es una responsabilidad grande. Lo que me enseñaron en la radio Bío Bío era que el control también recibe mucha información, por lo cual, si uno se equivocaba en dar los datos al locutor, se puede incurrir en un error garrafal, lo que puede derivar en que ocurra algo grave, por eso siempre uno tiene que tener un filtro, saber bien qué es lo que se va informar.

Describe lo que es ser radiocontrolador en una palabra.

Cerebro, el cerebro detrás de la radio.

¿Qué es lo que más te ha marcado desde los inicios de tú actividad?

Recuerdo un temblor súper fuerte que se produjo en el año 2010, lo que al parecer fue una réplica del terremoto. En ese momento estaba trabajando y en el locutorio se encontraba el locutor Fernando Martínez. Cuando todo se empezó a mover, obviamente lo primero que hice fue dar la señal de que estábamos al aire, para posteriormente correr al marco de la puerta. El colega con que estaba esa tarde siempre lo cuenta como anécdota, agregando que andaba por Los Carrera corriendo (ríe).

¿Cómo te ves de aquí a 10 años más?

Me veo con mi propia estación, ojalá acá en Los Ángeles, en la ciudad donde crecí y me desarrollé.