Los Ángeles del tercer centenario

Otro dato. Según el INE, una de cada 10 personas de nuestra capital provincial era mayor de 65 años a principios de este siglo XXI. Para el 2039, lo será prácticamente uno de cada cuatro angelinos. Como contrapartida, la población menor de 15 años, que en los inicios de este siglo representaba el 26% de los habitantes, perdería terreno al 2039 y llegaría a ser solo el 15%.

Otro dato. Las cifras oficiales indican que en Los Ángeles, en la actualidad, la esperanza de vida al nacer es de 81,8 años para la mujer, mientras que para los hombres es de 76,7 años. Un antecedente no menor, tomando en cuenta que esos indicadores sitúan a la capital provincial dentro de las que tienen mejor expectativa de vida en América Latina y el Caribe, y marca un brutal contraste con lo ocurrido hace un siglo, cuando se vivía poco más allá de los 30 años.

En otro plano, aunque los antecedentes censales reflejan que el 80% de la población se concentra en los núcleos urbanos, en Los Ángeles ese porcentaje difiere de manera sustantiva. Cerca de un 25% de sus habitantes reside en los sectores rurales, lo que representa -en la actualidad- a poco más de 55 mil personas. A modo de comparación, esa cantidad de personas es mayor que la de cualquier comuna de la provincia de Biobío (Mulchén bordea los 30 mil habitantes) y solo se puede homologar a Angol, capital de la vecina provincia de Malleco.

Todos estos datos, que se pueden obtener de una simple revisión de los antecedentes disponibles en el INE, son muy ilustrativos a la hora de evidenciar cuáles son los desafíos que se avecinan para quienes rijan los destinos de una de las urbes más importantes de la zona centro sur del país, de cara a lo que será una fecha tan simbólica como significativa: los 300 años de la fundación que se cumplirán en 2039.

Y es , aunque faltan 18 años para dicha ocasión, se debe trabajar desde ya en soñar la comuna que queremos. Y para hacerlo, se debe contar con información certera, con insumos que orienten la planificación y la toma de decisiones, tanto para el sector público como el privado.

Solo así se pueden anticipar demandas futuras e identificar de manera oportuna los desafíos que surgen a raíz de los cambios demográficos en una comuna que ha tenido un crecimiento poblacional con escasos parangones a nivel nacional, particularmente desde los años 80 en adelante.

En una revisión de la información disponible, es posible colegir que uno de los ejes fundamentales de la acción pública debe ser la atención a la población mayor de 65 años, cuyo número se irá incrementando con los años.

Si bien desde los años 90 se han impulsado acciones desde el aparato público (municipalidad y el Senama), como el centro integral del adulto mayor, queda mucho terreno para avanzar en esta materia.

La experiencia de los países desarrollados, que han visto un envejecimiento de sus habitantes, nos permite anticiparnos a lo que podría suceder y así activar políticas públicas con una mirada local.

También los datos nos hablan de la situación de los habitantes de las zonas campesinas que, debido a las distancias con los centros de servicios, quedan en una condición de rezago para acceder a cuestiones básicas como salud y educación, y algo tan elemental ahora como una adecuada conexión a internet.

El ejercicio de imaginar la comuna de Los Ángeles que queremos para su tercer centenario debe asentarse en datos y proyecciones, en un esfuerzo que necesariamente debe ser colectivo. En una tarea que involucre a las autoridades, a las fuerzas vivas de la comunidad, a las juntas de vecinos, a los gremios profesionales y productivos, a las universidades, en suma, a todo el tejido social, de tal forma que se levanten propuestas y se procure su materialización.

Si Los Ángeles es una de las urbes más importantes de la zona centro sur de Chile desde el punto de vista demográfico, productivo y geográfico, debemos estar a la altura de su relevancia cuando ya va quedando menos tiempo para los 300 años de su fundación.