Ruta del emprendimiento rural congrega a mujeres de la provincia de Biobío

Eliana Maripil, Clara Pereira y Betsabé Tranamil iniciaron su viaje a las 04:00 de la madrugada desde la apartada comunidad de Trapa Trapa, en Alto Biobío, hacia Los Ángeles para sumarse a la Feria del Emprendimiento Rural, que congregó a más de cuarenta mujeres de distintas comunas de la provincia.

Con una mezcla de nerviosismo, alegría y confianza montaron su stand en la carpa instalada en la Plaza de Armas de Los Ángeles, donde por primera vez exhibirían las técnicas aprendidas durante un año en el taller organizado por la Fundación Prodemu e Indap.

Eliana Maripil ofrecía platería mapuche y artesanías en picoyo, una resina proveniente del pehuén o araucarias, conocido también como el oro mapuche. Trabajo en el rescate de nuestra platería mapuche, con artesanía en picoyo y

piedras de Alto Biobío con el newén de nuestros ancestros, expresó Maripil, quien también suma a su trabajo tejidos de lana de oveja. Junto a Eliana se ubicada Clara, quien también exhibía platería mapuche en compañía de Betsabé, que aportaba con sus telares y pasilleros. Aprendí de niña a tejer con lana de oveja; a hacer telares, curtir cuero. Es primera vez que salgo a vender mis trabajos, dijo la mujer, recalcando que aprendió el oficio en los talleres dictados durante el año por Prodemu e Indap.

En la jornada realizada ayer en la Plaza de Armas de Los Ángeles, se dieron cita más de 40 expositoras, la mayoría con emprendimientos familiares, en una feria que se mantiene por 29 años consecutivos en la Plaza de Armas. La primera feria se realizó un día 28 de noviembre y se ha mantenido por 29 años consecutivos. Reunimos a las emprendedoras de la ruta del emprendimiento rural, con participación de unas cuarenta mujeres de distintas comunas, de sectores rurales y urbanos, potenciando la autonomía de la mujer, dijo a diario La Tribuna la directora de la Fundación de Promoción de Desarrollo de la Mujer, Prodemu, Patricia Soto Montoya.

Por otra parte, el jefe de área del Instituto de Desarrollo Agropecuario de Los Ángeles, Claudio Garcés, destacó el compromiso de cada una de las mujeres en las jornadas de perfeccionamiento y capacitación: son mujeres de programas de Prodemu, uno de ellos en convenio con Indap con emprendedoras de Laja, Nacimiento, Los Ángeles, Yumbel, Santa Bárbara, Alto Biobío y Cabrero.

EMPRENDIMIENTOS

Sabores, olores, colores y texturas se entremezclaron en la Plaza de Armas de Los Ángeles, donde en más de 40 puestos las mujeres ofrecieron lo mejor de sus trabajos.

Desde Tucapel, Carmen Ruiz, quien se dedica desde hace un año a la apicultura no sólo ofrecía el producto original sino que además galletones de avena, miel y maqui. Junto a ella, otras entusiastas emprendedoras ofrecían flores, plantas, huevos y hierbas medicinales, mermeladas caseras, pan amasado, dulces y el enguindado de Mónica Betancur de Cabrero.

Siguiendo la receta de mi madre, preparo el enguindado a la antigua. Con guinda común, cereza paloma y un poco de vino tinto con azúcar y aguardiente, que se deja macerar. La cereza del enguindado es del fundo San Cristóbal, donde yo soy nacida y criada, expresó Mónica Betancur.

En tanto, de Yumbel se hizo presente una delegación de 11 mujeres que aspira tener continuidad en su proyecto con apoyo del municipio e Indap.

EXPOSITORAS Y SUS PROYECCIONES 

Nolfa Cifuentes es de Yumbel y busca rescatar la producción de huevos: rescatar a la gallina del huevo azul, la collonca, única en el mundo. La gallina mapuche, dijo la mujer que inició hace tres años la capacitación a través del Instituto de Desarrollo Agropecuario. La particularidad de la gallina es que pone el huevo azul que tiene mayores propiedades nutricionales. Hay que tratar de preservarla y cuidarla, comprometió en torno a su iniciativa.

Desde Laja, con el emprendimiento Joyas de madera nativa y semillas, Ana Navarro obtuvo financiamiento a través de un fondo de innovación por $500 mil pesos. Es un emprendimiento familiar. Nosotros recolectamos las maderas en la comuna. En el proceso, las combinamos con resina para transformarlas en joyas. Las pintamos a mano. Hacemos encapsulados de la madera y trabajamos en la reutilización de revistas. Hay un conjunto de acciones que se convierten en un aporte al medioambiente, citando el proceso que realizan con la utilización de la resina del picoyo. Esa madera que es de la resina fosilizada de la araucaria la trabajamos con plata. La madera se corta en medallones y se pintan a mano, con un trabajo de enlacado para llegar al brillo. Con placas de plata o alpaca, expresó.