Resumen noticioso

Santa Bárbara: el dulce camino de la producción de miel

Para Mónica Riquelme, apicultora de la zona, son múltiples los factores que han incidido en que esta comuna sea considerada como la capital nacional de este producto natural.

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09-09-2016_21-39-30web / FUENTE:

Distante unos 42 kilómetros al sureste de la ciudad de Los Ángeles se encuentra Santa Bárbara, una comuna que por diversos factores se ha convertido en el lugar propicio para la producción de miel.

Una de las tantas historias es la de Mónica Riquelme Ramírez, quien desde hace más de 15 años, se dedica a la producción melífera en la zona; vio en las abejas una fuente de ingresos que –hasta la fecha- le ha permitido ser el sustento de su familia y educar a sus hijos.

Riquelme recuerda que una persona llegó a ofrecer unos cursos relacionados con el tema, incentivándola a comprar abejas y adentrarse en este dulce negocio.

Comenzó con apenas cuatro colmenas; posteriormente, fue comprando más hasta llegar a los 15. En la actualidad, Mónica cuenta con 350 colmenas productoras de miel.

Reconoce que la apicultura es un trabajo que le gusta, la relaja y destaca lo trabajadoras que son las abejas; a ello, agrega que “sin abejas, ¿qué hacemos? Siempre se está publicando que sin ellas duraríamos cuatro años, entonces es una forma de poder cuidarlas”.

La miel es un fluido dulce y viscoso que es producido por las abejas a partir del néctar de las flores o secreciones de partes vivas de las plantas.

Estos pequeños animales lo recogen, transforman y combinan con una enzima con contiene la saliva de las abejas para, luego, almacenarlo en las celdillas donde madura.

Este producto tiene cualidades reconocidas y es utilizada por las personas desde tiempos remotos; no sólo como alimento sino que también como remedio.

Pese a no encontrar datos específicos en torno a la cantidad de personas que se dedican a la apicultura en Santa Bárbara, se estima que son cerca de 70 los apicultores que están asociados a alguna institución relacionada con el tema en la comuna.

SANTA BÁRBARA: CAPITAL NACIONAL DE LA MIEL

La comuna de Santa Bárbara es conocida por ser la capital nacional de la miel. “Por donde ande aquí en Santa Bárbara, casi toda la gente se dedica a tener abejas para la producción de miel”, relató Riquelme.

Para Mónica, son múltiples los factores que han incidido en el aumento en cuanto a la elaboración de este producto en la zona.

Entre ellos, “será porque existe harta floración, es algo rentable o por la cesantía; entonces, resulta algo más rentable para uno. En mi caso, he tenido que educar a mis hijos y lo sigo haciendo gracias a las abejas porque nunca tuve la posibilidad de tener un buen trabajo acá”, relata Riquelme.

La producción de miel que se cosecha cada temporada es comercializada –en su mayoría- a la Cooperativa Apícola Campesina de Valdivia (Apicoop Ltda.) y Cooperativa Apícola Santa Bárbara (Coasba Ltda.).

El resto de la producción es adquirida por los mismos habitantes de la comuna o por quienes van a Santa Bárbara en calidad de turistas; “como saben que somos productores de miel, pasan a preguntar y se llevan sus 5 o más kilos”, relató Mónica.

PROCESO DE PRODUCCIÓN

Riquelme explicó que el proceso de producción comienza con los cajones normales, “ya después el cajón empieza a crecer y será necesario poner alzas y comienza la mielada”.

Diciembre es el mes donde comienzan a llenarse estos paneles con miel, hasta que sea necesario cosecharlas; el tiempo que demore en estar repleto de miel dependerá de la floración.

Si esta última es buena, el proceso debería tardar unos 15 días; en ese lapso de tiempo, los cajones deberán estar llenos. De una colmena puede salir, por lo menos, unos 60 kilos de miel hacia arriba durante la temporada.

Sin embargo, Riquelme explicó que en este proceso será necesario considerar algunas colmenas que no darán miel durante la temporada.

Ello, porque “hay una temporada en el invierno donde se reduce mucho la abeja, entonces pasan el invierno, pero no se desarrollan bien y no alcanzan a producir miel”.

NO SIEMPRE ES TODO TAN DULCE

Para quien le guste, la producción de miel puede tener mucho de dulce; sin embargo, detrás de cada producción de miel existe un trabajo arduo por conservar las abejas y evitar que algo nocivo les pase ya que eso puede significar la nula elaboración del alimento.

Riquelme explicó que el mayor desafío de los apicultores es cuidar a sus abejas de la varroa. Se trata de un ácaro que puede afectar a las abejas en estado larvario y adulto que absorbe la hemolinfa del insecto, disminuyendo su masa corporal.

Sin embargo, si este ácaro afecta a una abeja en estado larval la situación puede resultar aún más compleja, ya que –cuando son adultos- pueden tener menos del 30% del peso de un adulto no parasitado.

La varroa puede destruir colmenas enteras, constituyéndose en la mayor amenaza para la rentabilidad de las explotaciones apícolas.

“No es llegar y tener abejas y dejarlas para después hacer la cosecha; no es tan simple. Uno siempre tiene que estar al tanto con los medicamentos y monitoreándolas”, cerró Mónica Riquelme, apicultora de la zona.

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