Para enero de 2026 está contemplada la puesta en marcha del Área de Conservación Laguna Cañicura, que reabrirá el sendero con el objetivo de proteger el sector de bosque nativo ubicado en la precordillera de Santa Bárbara. Sus gestores trabajaron durante un año para recuperar el entorno dañado por malas prácticas turísticas y un incendio forestal.
La nueva etapa busca transformar la administración del acceso y priorizar la protección del frágil ecosistema presente en el cordón montañoso Tricauco.
INICIO DE LA GESTIÓN CONTROLADA
El trabajo preparatorio —que incluye la fase final de instalación de infraestructura y protocolos— ha sido ejecutado por un equipo de voluntarios y profesionales, y contempla la implementación de un control de acceso, baños en la zona de entrada y en el sector de la laguna, señalética de seguridad y un sistema de reservas en línea; elementos esenciales para gestionar la capacidad de carga y los nuevos estándares de conservación antes de la apertura oficial.
Sebastián Correa, voluntario en la coordinación del proyecto, confirmó en entrevista con La Tribuna la fecha de inicio de operaciones para el público general.
La necesidad de establecer un sistema regulado se hizo evidente tras la crisis medioambiental registrada en marzo de 2025, marcada por un siniestro de gran magnitud que arrasó una extensa área del sector.
Con ese antecedente, en julio la Municipalidad de Santa Bárbara informó el cierre temporal de las lagunas de Tricauco —Aguas Blancas, Huequecura y Cañicura— mientras se implementaba un mecanismo de acceso controlado.
PILARES DE PROTECCIÓN
Según manifestó Correa, el proyecto de Cañicura se articula en tres pilares: protección del territorio, formación ambiental y resguardo de quienes ingresen al área.
Respecto del primero, la gestión busca obtener reconocimiento oficial por parte del Estado.
El segundo pilar apunta a reforzar la relación de la comunidad y los visitantes con el entorno natural.
El tercero aborda la necesidad de contar con medidas que permitan actuar frente a eventuales emergencias en la zona.
RECAUDACIÓN PARA INFRAESTRUCTURA Y GESTIÓN
Para sostener los tres pilares de gestión, se implementará un control de acceso con cobro, cuyos recursos permitirán financiar las medidas de seguridad y conservación.
De acuerdo con lo detallado por Correa, el valor general será de $7.000 para adultos, mientras que los niños entre 6 y 13 años y personas mayores de 60 pagarán $3.500.
Los trabajos consideran la instalación de un control de acceso, un espacio para charlas de inducción, señalética educativa y de seguridad, y baños tanto en la entrada como en la laguna, lo que solucionará el problema de basura que generaba plagas de roedores. El financiamiento también cubre el plan de manejo de conservación del área.
En materia de seguridad, se aplicará un plan de gestión de riesgos y respuesta a emergencias, respaldado por el registro de ingresos y salidas en el control de acceso, lo que facilitará la activación de búsquedas y la coordinación de ayuda ante eventuales incidentes.
ACCESO INICIAL Y MEDIDAS DE CONTROL
Inicialmente, solo estará habilitado el sendero que conduce a la Laguna Cañicura y su mirador en modalidad de visita por el día. Los demás recorridos, como los que llevan a las lagunas Nelquihue y Granito, seguirán cerrados mientras una empresa externa completa los trabajos necesarios para garantizar un tránsito seguro.
Para resguardar el ecosistema, se estableció un límite de 150 visitantes diarios, administrado mediante un sistema de reservas en línea. También se prohibió el uso de fuego y el camping, salvo para organizaciones autorizadas y con cupos acotados.
El espejo glaciar de Tricauco
La Laguna Cañicura es un cuerpo de agua de origen glaciar ubicado en la precordillera andina de Chile. Se encuentra en la comuna de Santa Bárbara, en el cordón montañoso Tricauco, cuyo acceso requiere una ruta de senderismo de dificultad media o media alta.