Editorial

Día Mundial del Turismo

Vista puente Santa Bárbara - Quilaco, Archivo La Tribuna
Vista puente Santa Bárbara - Quilaco / FUENTE: Archivo La Tribuna

La celebración del Día Mundial del Turismo desarrollada ayer en las comunas de Santa Bárbara y Quilaco fue mucho más que un acto conmemorativo. Representó la constatación de un proceso profundo que ha ido cambiando el rostro de la provincia de Biobío, transformando un territorio de potencialidades dispersas en un destino turístico consolidado y un motor de desarrollo que genera arraigo, identidad y oportunidades para las comunidades durante todo el año.

Este avance se sustenta en nuestra excepcional riqueza, donde destacan iconos consagrados como los Saltos del Laja, considerados como una de las principales postales turísticas del sur de Chile, y el Parque Nacional Laguna del Laja, con su imponente volcán Antuco. Pero lo más valioso es el surgimiento de nuevos destinos como Loncopangue, descrito como "nueva joya turística", y las inexploradas lagunas de Alto Biobío, que demuestran que aún quedan tesoros por descubrir en la cordillera.

A esta oferta se suma un patrimonio cultural que empieza a cobrar mayor visibilidad, desde la declaratoria de los fuertes Ballenar y Príncipe Carlos como monumentos nacionales, lo que abre la puerta a circuitos turísticos que vinculen historia e identidad, sumado a emblemáticos lugares reconocidos a nivel global, como el campanario en Rere, la zona ferroviaria en San Rosendo y, a nivel religioso, el Santuario de San Sebastián.

Sin duda, un potencial enorme que se sigue posicionando gracias al trabajo conjunto entre el sector público y privado. Es el caso de la alianza entre la Mesa de Turismo, el Servicio Nacional de Turismo y empresas como Colbún, que ha permitido articular esfuerzos en torno a un desarrollo turístico sostenible. El Parque Angostura, si volvemos a la zona cordillerana, recibe cada año más de 130 mil visitas, prueba de cómo la inversión privada puede generar infraestructura de calidad que fortalece a emprendedores locales en alojamiento, gastronomía y servicios asociados.

La provincia también lidera a nivel regional en certificaciones de calidad y sustentabilidad (Sellos Q y S), lo que permite responder a las nuevas exigencias del turista global y resguardar el patrimonio natural. A ello se suma la estrategia de atraer grandes eventos, como el WRC Rally Chile Biobío, que alcanzó un 97% de ocupación hotelera y benefició a miles de pymes locales, demostrando la capacidad de romper la estacionalidad y proyectar la provincia hacia el mundo.

El desafío ahora es seguir consolidando el posicionamiento internacional gracias a un modelo de desarrollo turístico integral, donde cada visitante no solo contempla paisajes excepcionales, sino que también contribuye al bienestar de comunidades que han hecho del turismo una herramienta para aportar al desarrollo de nuestra majestuosa provincia de Biobío.

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