Editorial

Prevención y mitigación en la provincia de Biobío

Lluvias en Los Ángeles, Fredy Muñoz, La Tribuna
Lluvias en Los Ángeles / FUENTE: Fredy Muñoz, La Tribuna

La provincia de Biobío enfrenta nuevamente un sistema frontal que mantiene en alerta tanto a las autoridades como a la ciudadanía. Sin embargo, es destacable que luego de una compleja primera jornada, en la que Los Ángeles superó los 110 milímetros de agua caída, el nivel de emergencias tanto en el plano urbano como en zonas rurales haya sido inferior.

Mientras el temporal de mediados de mayo dejó más de 100 mil clientes sin electricidad en la región —con Los Ángeles con cerca de 38.000 usuarios afectados, Mulchén superando los 10.000 y Santa Bárbara bordeando los 6.000—, el evento actual, hasta la tarde de este jueves, sumaba apenas 71 clientes sin energía en la capital provincial, 111 en Mulchén y 225 en Santa Bárbara.

Esta diferencia de magnitud es el resultado del aprendizaje en preparación territorial y la inversión en obras de mitigación que, aunque aún no son suficientes, comienzan a rendir frutos tangibles. Los Ángeles, por ejemplo, destinó $872 millones en limpieza y dragado de sus esteros —Quilque, Tolpán y Paillihue— para evitar desbordes mayores, pese a las precipitaciones excepcionales que obligaron a decretar una Alerta Roja por parte del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

Sin embargo, estas mejoras contrastan con la persistente vulnerabilidad de las zonas rurales y precordilleranas. Santa Bárbara vivió inundaciones severas con un cauce completamente desbordado en el sector Las Obras que anegó viviendas, y se registraron derrumbes en la Cuesta Mininco y desprendimientos hacia Villucura. Todo mantuvo a las autoridades comunales trabajando hasta altas horas de la noche.

Mulchén, en tanto, enfrentó anegamientos de calles, con agua ingresando a hogares y deslizamientos en sus accesos que interrumpieron la conectividad vial. Nacimiento, durante la tarde de ayer, totalizaba 275 clientes sin luz, mientras que Tucapel alcanzaba 523.

Esta brecha territorial persiste en el plano de la preparación provincial. Las áreas de geografía compleja, terrenos difíciles y menor densidad poblacional siguen sufriendo impactos mayores, tanto por la interrupción de servicios básicos como por daños viales que las aíslan. La capacidad de respuesta en estos sectores perpetúa su vulnerabilidad frente a cada temporal.

El desafío inmediato es mantener la tendencia positiva durante lo que resta del evento climático, pero el compromiso de mediano plazo debe ser extender las lecciones de Los Ángeles a toda la provincia. Santa Bárbara, Mulchén y las demás comunas rurales requieren mejores obras de mitigación en sus cauces y un tendido eléctrico resiliente.

La provincia de Biobío muestra que es posible reducir el impacto de los temporales mediante prevención y coordinación oportuna. Lo que hoy es un éxito parcial debe transformarse en la nueva norma territorial.

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