Editorial

Patrimonio

San Rosendo y Yumbel están en campaña para que lugares bien específicos de sus comunas tengan la categoría de Monumento Histórico Nacional, situación que debe ser validada por el Consejo de Monumentos Nacionales.

Es interesante que los habitantes de ambas comunas, desde sus autoridades hasta los representantes de las fuerzas vidas de la comunidad, se pongan de acuerdo en el esfuerzo para darle protección legal a aquellos lugares.

En el caso de San Rosendo, su impronta y sello identitario ciertamente que ha estado en el transporte ferroviario desde que hace 150 años la estación se entregara al uso, conectando el norte y el sur con Concepción.

Aunque ya tiene dos trenes a vapor y un pescante con esta categoría, ahora están empujando una campaña de firmas para que el complejo ferroviario (que incluye la casa de máquinas y la carbonera) esté bajo ese régimen de protección legal, a par de la elaboración del dossier con los argumentos técnicos que justifican tal determinación.

Yumbel, que tiene en la localidad de Rere una zona patrimonial por sus reconocidas campanas de oro, ahora está buscando que el laboratorio de ciencias del Padre Luis Alberto Saldes Irarrázabal - que se encuentra en el liceo homónimo - tenga el estatus de Monumento Histórico Nacional. En este caso, no se trata solo de validar dicho espacio desde la perspectiva de su valor histórico, sino que también como una muestra tangible del legado del religioso fallecido en 2003, cuya impronta marcó a decenas de generaciones de estudiantes.

Es valorable de los vecinos de ambas el esfuerzo por poner en valor a su patrimonio. Refleja la necesidad de identidad, de búsqueda de su ethos colectivo, que se expresa en el esfuerzo mancomunado por sacarlo adelante.

Estos esfuerzos en comunas se suman a lo realizado el año pasado, la municipalidad de Tucapel que consiguió el traspaso en comodato del fuerte San Diego, construcción de mediados del siglo XVIII que tiene la categoría de protección patrimonial. La intención es recuperarlo para que sea un punto de encuentro de la comunidad local y provincial, dejando atrás décadas de pastizales y desatención.

Es bien sabido que tener la categoría de Monumento Histórico - condición que a veces puede tardar varios años en obtenerse - no significa por sí misma la destinación de recursos para su protección, es el mecanismo existente en la legislación actual para evitar desaparición definitiva de nuestro patrimonio a manos del olvido, el desinterés o motivaciones de otro tipo.

Es importante que estos casos sean replicados por otras comunas en la provincia que tienen lugares con esas características, como el fuerte Ballenar en Antuco, la fortificación de Catiray en Nacimiento o el Cerro Marimán en Negrete, por mencionar algunos sitios patrimoniales.

Al cabo, no se trata solo de lo importante que pudieron ser esos lugares, sino lo que representan para las nuevas generaciones.

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