Editorial

¿Fatiga pandémica en Los Ángeles?

Este martes la capital provincial de Biobío cumplió 60 días en cuarentena total, desde el 20 de febrero que Los Ángeles no ha podido controlar la curva de los contagios por covid-19, es más desde esos calurosos días de verano la comuna tenía 388 casos activos, si lo comparamos con el último informe de la Seremi de Salud este se multiplica casi por tres.

Pero más allá de los números, estos dos meses de encierro ha generado que muchas personas se salten esta medida de confinamiento, sin embargo, hay una gran mayoría que si cumple la fase uno y sale cuando es muy necesario, es más, no ocupan los tres permisos a la semana solo por ocuparlos, sino que muchas veces se quedan con los uno o dos.

Como en la vida no siempre el que hace las cosas bien tiene recompensa, esta pandemia está dejando a muchos angelinos con problemas de salud mental muy serios, y hay que dejar en claro que esto no solo afecta a un grupo de gente, todo lo contrario, es transversal, por más juventud o experiencias tengas, nuestro cerebro nos juega malas pasadas y muchas veces quedan serias secuelas.

Esto nos lleva a una dimensión un tanto olvidada en medio de las restricciones de venta de bienes no esenciales, como lo es la salud mental.

Y Según la última encuesta nacional de salud, diez de cada cien adultos y doce de cada diez adolescentes necesitaban algún tipo de atención -incluso sin pandemia-  así las cosas, el confinamiento, el encierro, como era previsible, empeoró la situación; la depresión se ha triplicado y la ansiedad se ha multiplicado por cuatro.

Al mismo tiempo los especialistas advierten de consecuencias de más largo plazo, la llamada fatiga pandémica se ha ido acrecentando, este es un concepto instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para referirse a la reacción ante las prolongadas medidas y restricciones generadas por la pandemia por Covid-19, las que terminan generando un agotamiento generalizado caracterizado por un agobio con la rutina.

Como ya lo dije en párrafos más arriba la alteración de la salud mental nos afecta a todos, lo que es natural y esperable en esta etapa de una crisis. Al comienzo, la mayoría de las personas pueden aprovechar su capacidad de reacción y generar una adaptación mental. Sin embargo, cuando las circunstancias se prolongan, tienen que adoptar un estilo diferente de afrontamiento y la fatiga y la desmotivación puede ser el resultado, explican desde la OMS.

En este escenario el peligro está en que este agotamiento hace que las personas se cuiden menos, usen menos mascarillas, no respeten la cuarentena, se laven menos las manos, por lo tanto, se expongan más a la posibilidad de contagio, ¿Le parecen conocidas estas medidas? Si la respuesta es sí, es que Los Ángeles está en una fatiga pandémica.

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