El oasis que no era

Quedará

para los libros de historia la frase del Presidente Sebastián Piñera

refiriéndose a Chile como un oasis de tranquilidad frente al convulsionado

presente que vivía Latinoamérica justo antes del estallido social en el país.

Lo dijo en una entrevista a un medio internacional, y ha sido utilizado en los

días siguientes como una muestra más de la desconexión que existe entre el Gobierno

y las demandas sociales. El mismo Mandatario pidió disculpas por esa falta de

visión en su mensaje el país el martes por la noche.

Quedará

también para la posteridad la imagen de Chile en el mundo como un país modelo,

próspero y con un desarrollo a toda prueba, ése que los países vecinos veían

como un caso raro en la región y que todos los indicadores económicos del mundo

elogiaban y valoraban con las mejores notas. Hoy, la imagen que tiene el mundo

de nuestro país es la de una sociedad que se hartó de ese supuesto oasis y que

dio cuenta del espejismo en el que vivía: la desconexión total entre los

indicadores de prosperidad y la verdadera prosperidad de sus habitantes.

Las

noticias dirán que el estallido social afectará a esos indicadores, que

probablemente caeremos en los indicadores de riesgo y que quizás la inversión

extranjera caerá. Pero quién sabe si solo estamos tomando la posición en la que

siempre tuvimos que estar, los números que siempre debimos tener, pero con una

sociedad digna y en paz con la vida actual. Como tituló el diario argentino

Página 12, la movilización busca llegar hasta que valga la pena vivir.