Fútbol y tradición

El fútbol quizás sea

una de las tradiciones más arraigadas en el país. Junto con el folklore, la

comida y las festividades, el deporte rey, como es llamado, es el que más

congrega multitudes y se traspasa de generación en generación con renovados

bríos. Querido por muchos y odiado por algunos, no es sorpresa que siempre sea

tema en las mesas de todo el país, por bien o por mal, como también lo son los

otros temas que congregan a los habitantes de esta tierra.

Siempre en tela de

juicio, sobre todo por quienes lo ponen como un modelo de conducta para jóvenes

y niños y se apuran en destacar lo malo para probar su punto, entre los

miembros de la comunidad que practica el deporte existe la tradición de que la

pelota no se mancha, que viene desde mucho antes que fuera bautizada por Diego

Maradona en su despedida del fútbol en 2001.

Por eso sorprende el

gesto del técnico del equipo Tomás Greig, John Greig, quien rompió un regalo

que le realizó el equipo de la provincia Nacimiento Club Social Deportivo y

Cultural. El Cultural no es una elección al azar del elenco nacimentano, pues

junto con el deporte lleva algo de la tradición alfarera a cada lugar donde

juega y obsequia un trozo de ella a sus rivales de turno. En un fútbol actual

donde esas muestras de deportividad son tan escasas, rechazarla de esa manera

en público no corresponde con la colaboración que se les pide a los miembros de

la comunidad futbolística para el desarrollo del deporte. Ayer Nacimiento

estuvo en las noticias por su hermoso gesto; hoy lo está por la forma en cómo

este fue mal recibido por el entrenador del equipo de la región de Ou2019Higgins.

Gestos

como el del fin de semana únicamente manchan la pelota, frenan el trabajo que

realizan instituciones y personas que se preocupan por levantar la actividad y

le vuelven a dar la razón a los que dicen que el fútbol se trata solo de 22

personas corriendo detrás de un balón.