Incendios forestales: un problema educacional de fondo

Los incendios forestales, de alguna forma son parte de la época estival, millones de pesos son invertidos en la prevención de estos siniestros que año a año se toman la zona centro del país y que las autoridades ruegan por mantener en calma, haciendo diversos llamados a la ciudadanía a tener especial cuidado en las acciones al aire libre.

Incluso bajo algunas condiciones ambientales no se puede encender fogatas por ser de fácil expansión a otras zonas.

El panorama que se avisora normalmente en la provincia de Biobío es complejo y las autoridades así lo reconocen.

Pese a ello, más allá de la habitual inversión, de todos los planes de contingencia que existen y todas las medidas de resguardo que se tomen, la decisión final de acatar ciertas normas es de la ciudadanía. Es la gente que está en sus casas la que finalmente toma o no la decisión de encender un cigarrillo en un lugar prohibido, de hacer una fogata en un sitio que no se debe.

Más allá de lo que se pueda prohibir en estos casos, la importancia radica netamente en lo educativo.

La educación, es clave en este tipo de circunstancias, cuando quienes son parte de estos riesgos, no fueron advertidos de qué hacer o cuáles son los reales peligros a los que se está expuesto. Hace algunos días se viralizó en redes sociales, un grupo de amigos jóvenes provocando un incendio a propósito, pero ¿cuál era el objetivo? Evidentemente un juego que no veía el real peligro de la circunstancia.

Nuevamente la educación aparece como la herramienta principal para evitar el peligro que los incendios forestales conllevan.

Por lo mismo, se forma una necesidad para que poco a poco los niños entiendan a lo que afrontan y así evitar los tan dañinos incendios forestales que tanto han arrasado en la zona.