Querer es poder

Sabido es que Los Ángeles y la provincia de Biobío en general tienen uno de los índices más altos de habitantes en zonas rurales a nivel país y aunque en los últimos años, en Chile se ha incrementado la “migración” hacia los sectores urbanos, siempre existen personas que prefieren la parte campesina.

En ese sentido las escuelas rurales han jugado un rol importante en el sentido de mantener vigente tradiciones propias del campo o sistemas de enseñanza algo distintos a lo tradicional.

Son innumerables las historias, sobre todo de esfuerzo que cada día sus alumnos –que no son tan numerosos como en las escuelas públicas de la zona urbana- pueden narrar.

Hace algunas semanas, el diario fue testigo de ello en la escuela Ralco Lepoy en la comuna de Alto Biobío, donde niños debían caminar kilómetros bajo el intenso frío que azotaba la zona por esos días, cayendo lluvia o incluso nieve, todo para poder recibir algo tan básico como la educación.

En las últimas horas se conoció una historia similar, pero que esta vez fue destacada ni más ni menos por la Unesco.

Se trata de la escuela “La Quebrada” ubicada a 26 kilómetros de Los Ángeles, específicamente en el sector de Pedregal y que representa gran importancia en algo tan poco elevado hoy en día como lo es la cultura.

La escuela, con tan sólo 84 alumnos fue reconocida por la  Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -O Unesco sigla proveniente de United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization- por su aporte a los alumnos en términos culturales y es que durante este año se han realizado un sinfín de actividades, entre ellas teatro, a cargo del actor Sergio Muñoz de la compañía Perfiles y Siluetas; talleres de yoga, a cargo de Yasna González; clínica de música a cargo del docente Fabián Marín; murales a cargo de docentes y alumnos; taller de fotografía asesorados por el profesor de la Universidad de Concepción Esteban Cárdenas y visitas a Museo Artequín, Paseo Estero Quilque y edificios patrimoniales de la ciudad, destacando el Centro de Estudios Sociales Enrique Mac Iver y Diario La Tribuna.

Lo anterior viene a demostrar que más allá de las deficiencias económicas que haya entre las escuelas rurales y urbanas, el esfuerzo y empeño que pueda haber siempre va a predominar.

Y es que llama la atención cómo una escuela rural sin mayores recursos económicos puede cambiar el mundo de un niño y como son destacadas a nivel internacional.

Esto llega a demostrar que el querer es poder y que muchas veces las ganas y el esfuerzo por hacer cosas distintas terminan triunfando.