Chile, el país de las leyes quisquillosas

Si usted fuera un juez de la República, y llegara ante usted un detenido que durante un control policial, fue sorprendido con un verdadero arsenal, usted ¿qué haría?

Bueno, esa es la polémica que existe en nuestro país y que hoy tiene enfrentados a jueces con el gobierno.

Esto por la decisión de un magistrado de San Antonio, quien el pasado fin de semana, precisamente, dejó en libertad a un individuo que tras un control carretero se le encontró un importante número de armas y municiones.

La pregunta de la sociedad es ¿qué criterio están usando los jueces para aplicar justicia?

Lo que ocurre hoy en día, es que cada procedimiento debe estar completamente ajustado a leyes demasiado delicadas al momento de gestar un arresto, un allanamiento u otra acción.

Es más, en este procedimiento, se indica que para que el juez tomara esta decisión, argumentó que el control vehicular que se le hizo al detenido fue excesivo y que bajo ninguna circunstancia se podía registrar el automóvil, ya que no existía, lea bien, “un hecho delictivo al momento de la detención”. ¿Qué más hecho delictivo que utilizar el vehículo para trasladar armas y municiones?

La sensación que queda es que en la justicia no existe el sentido común o la intención de administrar las leyes pensando en el bien común, sino que una absurda idea de proteger los derechos de los delincuentes por sobre las víctimas o la sociedad toda.

La delicadeza debe ser erradicada de la ley y la justicia debe ser precisamente eso “justicia”.

Aquella benevolencia que se percibe por parte de la sociedad de los magistrados con los delincuentes, no es sólo responsabilidad de ellos. En reiteradas ocasiones, han sido los mismos jueces quienes han llamado a los propios parlamentarios a elaborar leyes más claras y precisas que les permita realizar mejor su trabajo. Pues bien, eso es lo que hay que hacer.

La puerta giratoria es el clásico slogan de campaña, pero ningún gobierno o más bien, ninguna de las autoridades que construyen la administración del Estado, han dado una lucha en favor de la sociedad, para que este entrar y salir de los delincuentes desde los tribunales termine.

La legislación tiene tantos ribetes que, en un mismo caso, un juez puede determinar la libertad, mientras otro envía al imputado a la cárcel. Eso otorga un amplio margen de interpretación que sólo demuestra leyes poco claras.

Hay que avanzar en esta materia para que los chilenos y extranjeros que habitan en este país se sientan seguros y respaldados por las leyes y no la sensación actual, que dista mucho de aquello.