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El presidente electo de la República, ha comenzado el nombramiento de sus representantes ministeriales, subsecretarios y los más recientes, los intendentes regionales.

Las designaciones, han generado opiniones a favor y en contra, mientras aún falta determinar a los seremis, jefes de servicio y gobernadores.

En la provincia de Biobío, para poder desarrollarla en profundidad, se requiere con fuerza que sean autoridades que independiente de su color político, no trabajen en clanes, si no que con todo el sector que gobierna y también con la oposición. Quien dirige los destinos, debe saber que sus acciones son por el bien común de todos y no sólo de quienes apoyan a la administración.

Sin embargo, aquí, se requiere impulsar fuertemente acciones para potenciar el turismo: ¿cómo los Saltos del Laja pueden estar en esas condiciones? ¿Cómo otros parajes maravillosos en las 14 comunas no son explotados para nuevos visitantes? Falta un trabajo en donde este gobierno estuvo al debe.

Se requiere de autoridades que mantengan la excelente línea de trabajo del Serviu, del cual existe prácticamente una independencia de los gobiernos, porque funcionan en base a políticas de Estado que trascienden. Otros servicios deberían aprender de aquello.

Se requieren de autoridades que potencien enérgicamente la vialidad tanto en Los Ángeles, como en las comunas. Se deben mejorar avenidas, faltan carreteras y pavimentación rural.

Asimismo, aun muchas familias esperan por agua potable rural, como es el caso de los vecinos de Aurora de Enero, que todavía no logran concretar el proyecto tras largos años.

Hay que concretar las iniciativas pendientes. Para ello se necesitan autoridades que no abandonen la gran idea de Luis Barceló de traer los vuelos de Santiago desde Los Ángeles.

Pero lo más importante, es que los líderes que se designen en la provincia, tienen que ser personas con sentido social, que busquen verdaderamente mejorar la vida de las personas y no sólo cumplir el sueño de ser “autoridad”. El trabajo se hace en terreno, conociendo la realidad que se rodea y no en los escritorios como muchas veces sucede.