Generalmente las páginas informativas de los medios de comunicación, los titulares de los noticiarios radiales y de televisión, se destacan las informaciones policiales o judiciales, debido a que, aunque la comunidad insiste en que no son las noticias que les gusta ver, son las más consumidas por lejos y eso genera rating, ventas y los mantiene en pie. Es como cuando alguien pregunta quién ve el programa Morandé con Compañía. Pocos admiten hacerlo, siendo que lleva años liderando el rating de los viernes por la noche.
Sin embargo, hoy como pudo ver en nuestra portada especial, hay dos grandes hechos que destacar.
Por un lado, nos enteramos de la partida de un hombre de gran importancia para el deporte de Los Ángeles: Carlos Perelló. Es quizás uno de los personajes más importantes de la historia deportiva de la capital provincial y por ello, nos llena de orgullo despedir a este honorable ciudadano en esta editorial y en la información que verá al interior del diario, ya que estas palabras, además quedarán almacenadas para siempre en la Biblioteca Nacional, como ocurre con todos los diarios del país, para que en 100 o 200 años más, cuando se investigue la historia de esta zona, se pueda leer que Carlos Perelló permitió que la azulgrana juegue y compita en estas tierras.
A su familia, a la hinchada y el directorio del Club, nuestras más sinceras condolencias. La huella de este hombre quedará para siempre en la historia. Eso es trascender.
Ahora bien, hay otro hecho, tal como destacamos en el título, que nos tiene muy orgullosos a todos, incluido a usted, estimado lector y es el resultado del puntaje de Dancko Fernández Olguín, alumno del Colegio Santo Tomás y vecino de villa Galilea, que obtuvo el puntaje nacional de Matemáticas. Sus notas, sus resultados, son muestras de un muchacho que ha tenido la perseverancia como escudo en la vida y que hoy está cosechando esos frutos. Él es de una familia normal y con su logro, nos demuestra que nada es imposible cuando se persigue con el corazón. Dancko, tu nombre ha pasado a la historia de los mejores de toda una provincia y también te felicitamos.
Estos dos personajes, separados por décadas, historias y que ni siquiera se conocen, tienen una característica en común y es su trascendencia. A uno lo despedimos con orgullo y agradecimiento. Al otro, lo abrazamos y le deseamos un éxito rotundo en lo que se proponga.