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Crónica de un descenso anunciado

por Leslia Jorquera

Sebastián Díaz Sandoval.
Periodista Diario La Tribuna

13-11-2017_20-06-301__SebastianDiaz /

Tarde trágica en Los Ángeles la del 12 de noviembre de 2017 y es que nadie, pero nadie se imaginó que la fiesta preparada en el municipal angelino iba a terminar en prácticamente un funeral.

La desazón era de todos: cuerpo técnico, dirigentes, hinchas, jugadores e incluso ex jugadores y es que hasta Gustavo León lloró como un hincha más el descenso “azulgrana”.

Más allá que una victoria valdiviana en tierras serenenses parecía casi imposible, el ambiente en la interna iberiana era extraño y es que esta vez, la dirigencia no escatimó en recursos para pelear el campeonato, sí, leyó bien, para pelearlo. Pero algo salió mal.

Desde el mismo Landeros, pasando por nombres como Mario Pardo, Mauricio Gómez, Juan Gutiérrez o Braulio Baeza, eran hombres que habían peleado y ganado ascensos (los primeros tres con Deportes Temuco y el último con Curicó Unido), pero jamás habían estado en una situación así, entonces ¿qué hacían si algo salía mal? La costumbre era ir para arriba, no hacia abajo y en ese sentido la poca experiencia en este tipo de situaciones pasó la cuenta.

Por lo mismo, partiendo desde el cuerpo técnico, no supieron manejar la situación, acostumbrado Landeros a que constantemente las cosas salieran bien, nunca había estado en una situación similar, ni siquiera siendo técnico de Valdivia.

Desde otro punto de vista, el físico también pareció ser un factor y es que resulta extraño que Iberia tuviese buenas actuaciones en sus primeros partidos, incluso goleando a domicilio a Rangers y Puerto Montt; y que después de la Copa Chile llegara un bajón del que simplemente no se puede subir. Si bien, en el momento a todos se nos abrió el apetito, ahora queda la pregunta abierta ¿era necesario arriesgar la mantención en Primera “B” por avanzar en la Copa Chile? La respuesta puede resultar más que evidente.

Agregado a todo lo anterior es que pareciera que más allá del físico, a Iberia se le olvidó jugar al fútbol. Ese equipo que deslumbró contra Colo Colo en el Ester Roa Rebolledo o en el Monumental o contra Puerto Montt o Valdivia, ya no se vio contra Barnechea, Coquimbo o Cobresal, era un equipo sin fútbol y sobre todo sin respuesta, bastante alejado de lo que nos ilusionó Landeros en las primeras fechas.

Igualmente otro de los factores que provocaron el descenso es el extraño bajo rendimiento de algunos jugadores en particular. El caso más ejemplar es el de Mario Pardo, lateral que fue, probablemente la gran figura de Iberia en los primeros meses y que terminó con un rendimiento bastante alejado de lo que uno pudiese desear, sin ir más lejos fue poco lo que pudo hacer en el empate ante San Marcos y ya no tenía ese poder de desborde como en los primeros duelos.

Pese a todo y entendiendo la frustración que se vivió la tarde del domingo, no me parece la forma en que los hinchas trataron a los jugadores y es que el hecho de pagar una entrada da derecho a presenciar el espectáculo, no a denigrar a los futbolista o dirigentes, el argumento de “yo pagué mi entrada y tengo derecho a criticar al cuerpo técnico) realmente no tiene lógica, más allá de la molestia de los hinchas.

Por último, a pesar de la pena, de lo desgarrador que fue todo esto, queda levantarse, “azulgranas” y con la mirada al frente, seguir alentando a Iberia, porque el fútbol da revanchas y más tarde que nunca, estoy seguro, Iberia va a volver a la “B” y ese será el día en que el llanto, el dolor y la pena del domingo, ayer y hoy ya no sean en vano.

Sebastián Díaz Sandoval.

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