Cada día se acerca más el final de la carrera por el sillón presidencial. Mientras los candidatos, recorren Chile contando sus propuestas, otros están escarbando en el pasado de los postulantes para “funarlos” por sus conductas irregulares y así sacarlos del medio.
Sebastián Piñera sabe de eso y pese a ser cuestionado por prácticamente todos los candidatos, a excepción de José Antonio Kast, se ha logrado mantener en las encuestas, porque no ha prestado oídos a esas acusaciones o se ha sabido defender. Por algo sigue liderando.
Más abajo se encuentra el senador Alejandro Guillier y la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez que hasta hace unos días se mantenían prácticamente empatados, hasta la fuerte irrupción de Marco Enríquez – Ominami.
MEO sabe de presidenciales. Tiene experiencia y sabe perfectamente en qué lugar apuntar sus dardos. Si bien mantiene su discurso contra Piñera, al ser este último el más popular, al que tiene que sacar de carrera es a Guillier. Y en el debate del martes pasado, logró su primer triunfo.
Karen Doggenweiler, se vio involucrada en una discusión en pleno enfrentamiento de ideas realizado en la Universidad de Chile y luego de terminada la actividad, nadie recuerda una sola propuesta programática. Todo se resumió a los dichos de Guillier en contra de MEO, “Yo vivo en Peñalolén y no en Vitacura, tú vives en Recoleta, ahí está la diferencia, en cómo entra la plata”, lo cual desató la furia de la rostro de TVN, quien lo acusó de “machista” por su comentario, ya que la propiedad es de ella y la adquirió con los más de 27 años de trabajo en el canal de todos los chilenos.
Luego de esto, la esposa de Marco, dio conferencia de prensa y fue a un programa de televisión, donde lo siguió acusando de machista y le recordó la imagen de la muñeca inflable, entre otros comentarios. Ganó MEO esa batalla.
Falta poco para la elección presidencial y la imagen de Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier, no han logrado encantar a las masas como esperaban los bloques, mientras MEO, comienza a asomarse. Quizás no logre la popularidad que logró hace unos años, con más de un millón de votos, pero algo si está claro, lo que alguna vez le costó la elección a la ex Concertación, hoy, nuevamente comienza a penar.