Vimos una mejor versión del equipo

Sin lugar a duda, que los mayores problemas de Iberia durante la primera rueda, no estuvieron presentes durante el partido del sábado pasado ante Cobreloa.

Los fantasmas de la irregularidad parece que van quedando en el pasado, y la consistencia en el mediocampo es una de las razones por la cual queda esta sensación.

Lo realizado por Gustavo León, el siempre baluarte de la contención, sumado a lo hecho por el refuerzo de la azulgrana, Giovanni Narváez, fue lo que realmente potenció al equipo, ya que permitió mayor presión y precisión, algo que parecía escaso hace un par de meses.

No resiste mayor análisis la afirmación de que aún quedan cosas por mejorar, pero lo cierto es que hoy en día podemos estar algo más tranquilos, porque se ve otra disposición, y así como los jugadores más experimentados quieren demostrar que el talento no se ha perdido, las nuevas figuras del plantel se van a esforzar por ser el puntal que permita remontar a una institución que tiene nombres para dar sorpresas.

El ascenso para Iberia, hoy en día, parece lejano, pero si se empiezan a dar los resultados, a rescatar puntos como visita, y sumar de a tres como local, el anhelo se empezará a acercar, tal como pasara en la primera temporada de Nelson Soto, donde la primera rueda también fue compleja, pero en la segunda etapa se metió en la liguilla por el ascenso.

Es cierto, nos gustaría que el equipo comenzara bien los torneos, y los terminara aún mejor, pero en la competencia no se está solo, hay equipos que juegan y que, a pesar de no tener plantillas excesivamente caras, o incluso similares a la institución angelina, también intentan hacer su mejor esfuerzo.

Iberia, durante el último tiempo, se ha transformado en uno de los equipos a vencer, por demostrar siempre un buen juego, contar con buenas figuras, ser una institución sólida y responsable, y por eso también las cosas se pondrán más cuesta arriba, porque todos querrán ganarnos, porque los ojos estarán sobre el club, y porque el respeto se debe cuidar, ya que el más mínimo error gatillará los típicos cuestionamientos.

El deber de los hinchas está en ser parte de esa protección a la institución, pero bien comprendida. Claro, hasta el día de hoy el comportamiento de la fanaticada ha sido irreprochable, y es algo que no sólo debemos mantener, sino que reconocer.

Y el deber de los jugadores, será demostrar de qué están hechos, mostrarle a todo el país futbolero que están para grandes cosas, y así, volver a meterse en la disputa del cupo para llegar al fútbol grande de Chile.