Cámara de Turismo de los Saltos del Laja en pie de alerta por llegada de visitantes

Nadie duda que los Saltos del Laja están dentro de los principales atractivos turísticos de la provincia de Biobío. Cada año, especialmente en el verano, son miles de personas que hacen una escala para presencia este espectáculo de la naturaleza. Muchos viajeros se salen de la ruta 5 Sur para observar la impresionante cortina de agua de 35 metros de alto. Otros tantos se quedan en alguno de los hoteles, cabañas o campings que se pueden encontrar en el entorno.

Para muchos, los Saltos del Laja marcan el punto de inicio del sur de Chile y la detención en ese punto para tomarse una foto con la cascada de fondo es parte de una tradición que se trasmite de generación en generación.

De acuerdo a datos del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), ese lugar es uno de los tres puntos que registra más detenciones de conductores dentro de nuestro país.

Sin embargo, desde fines de marzo que la actividad turística se redujo a cero. El avance de la pandemia del coronavirus obligó a cerrar hoteles, cabañas, restaurantes, locales de comida y otros similares.

De un día para el otro, la bullente actividad -que se acentuaba los fines de semana- dio paso a un impensado silencio, solo interrumpido por el estruendo lejano de la caída del agua, la misma que persiste en su rutina de miles de años y, por cierto, totalmente ajena a las preocupaciones de los hombres.

Sin embargo, los empresarios turísticos del sector están inquietos. Es que después de cuatro meses de cierre voluntario que reunió la calma y el sosiego, hace un par de semanas volvieron a aparecer los turistas, retornaron a recorrer sus caminos y senderos, a tomarse las fotos desde el puente, a contemplar la cascada principal. Y a la par, empezaron a abrirse algunos locales, especialmente de artesanías y recuerdos.

Y, aunque suene paradojal, lo que podría considerarse como una muy buena noticia para la actividad turística del sector, es vista con inquietud y mucha reserva por parte de sus dirigentes gremiales.

¿Por qué? Pablo Venegas, que hace un par de meses asumió la presidencia de la Cámara de Turismo de Saltos del Laja, lo explica de manera muy didáctica. Estamos preocupados por la desregulación frente a las medidas sanitarias para enfrentar la pandemia, señala.

A su juicio, en el sector del puente del Salto hay una gran cantidad de visitas que ponen en riesgo la seguridad de los visitantes, las personas que trabajan, la comunidad local y la imagen del destino.

Es que hace 15 días reabrieron los locales de artesanía del lado de Los Ángeles, y el pasado fin de semana hicieron lo propio los del sector de Cabrero, sin que se hayan tomado recaudos adicionales para evitar contagios.

AUSENCIA DE AUTORIDADES

También al dirigente del comercio le inquieta que las autoridades no se hayan manifestado frente al arribo de visitantes. Es que hay tres municipalidades que inciden en ese territorio -Cabrero, Los Ángeles y Yumbel-, las cuales formaron una Asociación de Municipios para abocarse puntualmente a los Saltos del Laja. Esta asociación debería estar gestando un modelo de retorno seguro para los visitantes, situación que no se ha dado, añadió Pablo Venegas.

Aunque aseguró que han informado de las situaciones a cada una de las casas edilicias, con el fin de articular una mesa de trabajo que permita trabajar en una correcta reapertura de la actividad turística, no hubo respuesta alguna. Solo tuvieron respuesta de Sernatur.

Nos preocupa sobremanera la ausencia de autoridades en nuestro sector, se lamentó el dirigente.

Según Venegas, tenemos la mejor intención de cooperar de la apertura segura de nuestro destino, pero siempre priorizando a la seguridad de las personas que viven en el sector y de los visitantes que llegan a nuestro destino. De lo contrario, se pone en riesgo la salud de todos.

De acuerdo al dirigente, una reapertura apresurada y sin las condiciones sanitarias mínimas puede traer como consecuencia que cuando se inicie el desconfinamiento a nivel masivo, los Saltos del Laja deba estar bajo medidas restrictivas que le impidan retomar la actividad de buena manera.